La Seño María

Pancholón callejero

Pancholón, fiel a su estilo, habla de las jergas callejeras del Perú.
Pancholón callejero

El Chato Matta llegó al restaurante por una espectacular papita a la huancaína, su arroz con pollo parte pierna y presa grande, y una jarra de chicha morada fresquecita. “María, Pancholón estaba tomando ron Zacapa el viernes y me timbró a la medianoche. ‘Chatito, tú eres mi hermano, acabo de dejar a la tóxica en su casa porque ya no la soporto. Somos los que somos, baja urgente al point caleta, solo ten cuidado con los envidiosos, resentidos, mala leche y puñaleros’. Apenas llegué el gordito mujeriego cantaba una primicia calientita de Josimar que pronto saldrá a lo grande: ‘Háblame de ti, cuéntame de tu vida/ sabes tú muy bien que yo estoy convencido/ sé que tú no puedes y aunque intentes olvidarme/ siempre volverás/ una y otra vezzzz…’. Estaba con un joven abogado a quien escueleaba. Yo me puse a escuchar. ‘Pablito -le dijo Pancho-, la carne es débil. Soy pecador desde que nací. Tengo más de 30 años caminando, la noche es mi amiga y cómplice de mis infidelidades. Nunca pude ser fiel a una mujer. Hacía el amor con una en la mañana, pero en la noche estaba con otra. Por mi cama han desfilado tantas damas que, de muchas, no me acuerdo ni sus nombres. Los años han dañado mi próstata, pero el tramposo nunca cambia. Solo una vez amé en la vida, a la madre de mi hijo, pero ella me dejó cansada de mis amanecidas y borracheras.

Josimar

Tú eres un prestigioso profesional y nuevo en este mundo, pero, a veces, veo que pecas de ingenuo. Te falta calle. En esta selva de cemento no hay amigos, solo partidores, largadores, malos con su boca y actrices. Muchos con los que paras en discotecas, salsódromos y ‘chupódromos’ se dicen tus amigos, pero le están mirando el trasero a tu pareja. No te regales. Tú mismo la metes a la ‘cueva de los lobos’. Ten siempre presente mi manual de la Real Academia de la Tramposería, porque es pura calle. Conoce bien a la gente que está a tu alrededor.

Pablito, dijo Pancho, toda la vida no voy a estar para escuelearte. Ve y camina, Callao hasta la fiscalía’”. Pucha, esos consejos del cochino y sinvergüenza de Pancholón son la muerte. Me voy, cuídense.

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