Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un espectacular caldo de gallina con su huevito sancochado, limón piurano, ajicito molido y cebolla china picada. Para tomar pidió chicha morada. “María, increíble lo que está pasando en el país. Cuando más necesitamos trabajar por la educación de la niñez, una norma aprobada por el Congreso de la República ordena la reposición en la Carrera Magisterial de miles de profesores que desaprobaron el examen.
La presidenta Dina Boluarte pudo oponerse, pero prefirió botar a la ministra de Educación, Magnet Márquez, quien se manifestó en contra de dicha reposición, para congraciarse con el magisterio y, lo más probable, es que promulgue la nefasta norma. Es decir, con esa decisión estaría condenando a cientos de miles de niños y adolescentes a recibir una educación de pobre calidad.
En la carrera magisterial, a la que acceden solo profesores competentes y que aprobaron la prueba, hay excelentes docentes, muchos con maestrías y diplomas. Pero hay otros miles que quieren seguir enseñando pese a sus evidentes limitaciones, pues solo les interesa el sueldo. La norma fue presentada por los congresistas Álex Paredes, Katy Ugarte y Paul Gutiérrez que, como docentes, desaprobaron diversas evaluaciones, según informan los medios.
Los que no están capacitados para dictar clases deberían dejar paso a otros que sí pueden
Está bien que todos tengamos derecho al trabajo, pero no podemos poner el futuro del país en manos de gente incapaz. Si quieren trabajar, que se preparen mejor, a conciencia, o que se dediquen a otra actividad. Esta preocupante situación no debe ser tomada a la ligera. Todos los países que hoy son potencia primero hicieron una revolución educativa. Contrataron a profesores con notas de excelencia en la universidad, con maestrías y doctorados en universidades prestigiosas, y constantemente son evaluados.
La Carrera Magisterial fue una excelente idea del extinto presidente Alan García. Es decir, abrir un nuevo nivel al que llegarían los mejores, por supuesto, con un mayor sueldo. Para acceder a ella los docentes deberían postular dando un examen. Eso es lo que no quieren ciertos grupos, que buscan conservar sus privilegios sin importarles nuestros niños.
Solo quieren mantenerse en el trabajo y encima exigen, cada cierto tiempo, mejoras salariales, como si las merecieran. Imagínense el nivel de muchos malos profesores, que cuando Pedro Castillo llegó a la presidencia del país daba vergüenza ajena cada vez que hablaba, pues hacía gala de la peor ignorancia en todo sentido. De Dina Boluarte depende mucho que nuestros niños no tengan una educación deficiente”. Muy buenas palabras de Gary. Me voy, cuídense.