Pancholón en Paraguay. Foto: Difusión
Pancholón en Paraguay. Foto: Difusión

El Chato Matta llegó al restaurante por un sudado de cachema, acompañado de arrocito blanco, yuquita sancochada, limón y rocotito molido. “María, el viernes me timbró el gran Pancholón. Estaba eufórico. ‘Papá -gritó-, baja urgente al saunita privado. Somos los que somos, están poniendo hierba fresca, pero eso sí, cuídate de esos mala leche que te abrazan, te dicen ‘eres mi hermano’ y después te clavan el puñal. Ya te dije la semana pasada, con la familia no se choca, ese fulero la va a pagar bien caro, y lo voy a encontrar...

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En el sauna el abogado mujeriego llamó a su brother Kike Paravicino, que reside en , para saludarlo por su cumpleaños y dedicarle una canción de la Orquesta N’Samble, ‘Me vas a extrañar’: ‘Los besos de mi boca/ no fueron suficientes/ para que te quedaras conmigo para siempre/ no me alcanzó el cariño/ para verte contenta/ te amaba como un loco y no te diste cuenta./ Me resultaron falsas/ toditas tus palabras/ tus manos me mentían cuando me acariciaban/ ¿de qué sirvió rogarte para que te quedaras?/ Mi error fue darte todo cuando no vales nada./ Me vas a extrañarrrr...’ (Y nos vamos a Paraguay a ganar, ya sabes Pancholón).

Pancholón en Paraguay
Pancholón en Paraguay

Pancholón y su aventura en Paraguay

Y cuando los cantantes Charles y Sandro mencionaron que nos vamos a a ganar, Pancholón comenzó a contar sus aventuras. ‘Chatito, recuerdo que fui a la Copa América Paraguay 99, donde estuve en Pedro Juan Caballero, una ciudad de Paraguay donde conocí a una linda guaraní de ojitos verdes, hermosa. Mejor que Larissa Riquelme. La invité a ver el partido entre Perú y Paraguay, en ese tiempo yo narraba para R700 y donde perdimos por la mínima diferencia y el gol lo convirtió el amigo de Claudio Pizarro, Roque Santa Cruz, y nos eliminaron de la Copa América. Después del partido la invité para irnos a las cataratas de Iguazú, que queda entre las fronteras de Paraguay, Argentina y Brasil. La paraguaya estaba encantada por cómo relataba el partido, y llamó a una amiga para que nos acompañara a las cataratas. Y cuando la amiga llega me quedé impresionado con su cara de mala. En un momento que nos quedamos solos con mi guaraní, la empecé a florear e invitarla a Machu Picchu. Ella me miró a los ojos y me dijo: ‘Panchito, me gustas, pero esa mujer está enamorada de mí y me tiene loca, se ha obsesionado conmigo. Búscame en la noche en mi depa’... Te juro que ya estaba con el diablo adentro. La fui a buscar y nos escapamos a mi hotel donde dejé bien a los varones con mi espectacular ‘salto del chanchito’.

Después de la faena, ella se echó sobre mi pecho y se puso a llorar. ‘Panchito, llévame a tu país, aquí no soy feliz’. Hice la de Michael Jackson. En la calle mi corazón es de piedra. No lo pensé dos veces y me fui corriendo a la frontera de Brasil. Ahora volveré a Paraguay y si la veo ya no me acuerdo’”. Pucha, ese señor Pancholón es un cochino y sinvergüenza. Se va a quedar solo y viejo por mujeriego. Me voy, cuídense.

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