Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una sabrosa chanfainita con arroz blanco graneadito y su rocotito molido. Para tomar pidió una jarrita de agua de cebada al tiempo.
“María, este domingo empezamos diciembre, el mes más caótico del año. Aumenta el tráfico, el estrés y las presiones por llegar bien al trabajo y mantener la armonía en el hogar. La gente parece no darse cuenta de que la vida es el regalo más preciado que tenemos y los accidentes de tránsito son una constante en nuestro país por estas fechas. Lo peor de todo es que la mayoría son producto de la negligencia e irresponsabilidad, por exceso de velocidad, consumo de licor, distracción y poco o nulo respeto a las reglas de tránsito. Ya se ha hecho una grave y pésima costumbre que la mayoría de conductores maneje con el celular en la mano y ¡hasta chateando! Señores, respeten sus vidas y las de la gente que se encuentra en la calle, como niños, mujeres y ancianos. Por eso, siga estos consejos al caminar o manejar auto, taxi, camión o bus:
- No sea imprudente. Su vida y la de los demás son valiosas. Hay familia y amigos que lo esperan.
- Respete las reglas de tránsito. Si el semáforo le indica a usted ‘luz roja’, no avance. Hacer lo contrario no significa ser ‘vivo’.
- Son fechas de mayor congestión vehicular, trate de salir con más tiempo para sus desplazamientos.
- Si otro conductor se le cruza o adelanta, no reaccione haciendo lo mismo. Evite las peleas.
- Nada de ‘carreritas’ para quitarse pasajeros. Uno o dos soles más no valen una vida.
- No pretenda ‘ganarle’ al semáforo en ámbar. Espere y relájese.
- Respete los paraderos y el paso de las personas, sobre todo de los niños, gestantes y personas de la tercera edad para cruzar la calle o bajar de los vehículos.
- Use el cinturón de seguridad y, por favor, no hable ni chatee por celular.
- Jamás maneje si tomó licor. El alcohol u otras drogas llevan a accidentes porque retardan la capacidad de reacción, reducen la visión y la atención a situaciones de peligro”.
Pucha, una vez más, mi amigo Gary tiene razón. Recuerde, su familia lo espera en casa. Me voy, cuídense.