Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un plato de chilcano y pescadito frito con arroz graneado y sarsa criolla. Para tomar pidió una limonada. “María, miles de personas abarrotan todos los días los hospitales y clínicas del país por distintos males. Y los médicos les recetan desde vitaminas hasta medicamentos para curar sus migrañas, males estomacales, diabetes e hipertensión. No hay humano sobre la Tierra que no tome aunque sea una vez por año algún tipo de medicina en cápsula, pastilla, inyección o jarabe. Ciertamente las medicinas ayudan y la ciencia también. Pero llevar una vida sana evita que contraigamos enfermedades. Y cuando hablo de vida sana me refiero a comer bien, hacer ejercicio todos los días y llevar una vida tranquila, sin sobresaltos que nos causen estrés. Está comprobado que el estrés es el causante de numerosos males. Eso de vivir apurado, malhumorado, nervioso y angustiado afecta a la salud. Y esto aumenta cuando tenemos algún tipo de problema familiar o laboral.
Según un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard, mantener un estilo de vida saludable es importante porque mejora la esperanza de vida, es decir, más años por vivir. También ayuda a reducir o prevenir el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, las cardiovasculares y el cáncer. El informe aconseja hacer ejercicio, descansar y alimentarse correctamente, lo que te hará sentirte más sano, fuerte y feliz. Asimismo, hay que evitar el sedentarismo o una nutrición excedente de grasas, harinas, dulces, bebidas alcohólicas. Y hay que dormir más de ocho horas para que el cuerpo recupere energías.
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