Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante para llevarse un seco de res con frijoles, arroz bien graneado y, para tomar, una chicha morada fresquecita. “María, desde hoy la mayoría de negocios abrirá sus puertas, aunque con el aforo reducido. Después de varios días de una cuarentena que fue mortal, pues numerosas pequeñas empresas terminaron de quebrar, se espera que desde ahora se empiece con la recuperación de la economía.
Será una tarea muy complicada y dolorosa, con incontables hombres y mujeres que perdieron el trabajo y tuvieron que pasar a la informalidad. Hoy más que nunca hay que trabajar, pero además hay que hacerlo con muchísimo cuidado para no contagiarse del mortal virus que sigue matando a diestra y siniestra.
Porque infectarse en este momento es quedar a merced de la suerte. Si eres asintomático o solo haces síntomas leves, en buena hora. Pero si eres de los casos que se hacen graves, entonces sí tendrás serios problemas.
No hay camas libres en los hospitales, menos en las Unidades de Cuidados Intensivos y, encima, el oxígeno escasea. Los ‘buitres’ venden un balón lleno en tres mil soles, 4 mil o más. Por eso lo mejor es no enfermarse, pues nadie, ni siquiera los más jóvenes, saben cómo van a reaccionar a la enfermedad. Algunos consejos de bioseguridad de los expertos para el papito, la mamita que salen a la calle a ganarse el pan para sus hijos:
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