Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un estofadito de pavita con lentejitas bebé y ensalada fresca. Para tomar pidió una jarrita de naranjada. “María, el Perú entró en recesión. Pese a todos los esfuerzos del gobierno, nuestra economía se estancó y este año crecerá menos del uno por ciento. Una mala noticia para miles de peruanos que luchan todos los días para llevar un pan a la mesa de su hogar, y para los empresarios y microempresarios que, en medio de problemas de inseguridad y falta de apoyo, insisten en crear fuentes de trabajo. Los que más sufren son los pobres. Esos que ganan apenas un sueldo mínimo.
Mis respetos por esas familias que con un ingreso así pueden hacer desayuno, almuerzo y comida para sus hijos. Y mandarlos al colegio y vestirlos. ¿De quién es la culpa de esta situación? ¿Cómo el Perú, que era considerado un ‘tigre’ de la economía en América Latina, hoy está en la cola? Los sucesivos gobiernos y la inestabilidad política han hecho mucho para que estemos tan mal. También está la corrupción. Miles de millones de dólares han ido a engrosar las cuentas de malos funcionarios y empresas corruptas, y no en la educación y salud de los peruanos. Pero dejemos de lamentarnos. Con hacerlo no logramos nada. Ante esta crisis es hora de la creatividad, el ingenio y la autosuperación. No se queden a esperar nada del Estado. Lo mejor es el emprendimiento chiquito o grande. Y el ahorro también. Nada de despilfarro. Es hora de reciclar la ropa, los muebles y los artefactos. Pero, sobre todo, es hora de crear más riqueza, más dinero. Y se puede hacer de diversas maneras, como poniendo un negocio o pequeña empresa de servicio.
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