Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante para llevarse un arroz con pollo con presa doradita, acompañado de crema de papa a la huancaína y ensalada criolla. Para tomar, un emoliente calientito. “María, vivimos tiempos violentos, convulsos, por la crisis económica, por el estrés que produce la pandemia y ahora por la política. Miles han salido a las calles y se han visto duros enfrentamientos con la policía. Estamos en una democracia y existe el derecho a la protesta, pero esta debe ser pacífica, sin dañar a los demás ni a los bienes públicos o privados. Pero ese es solo un ejemplo. En la vida, los golpes, los insultos, no conducen a nada bueno. La violencia siempre provoca violencia. Nadie gana y todos pierden. Sé que es muy difícil mantenerse en calma cuando alguien te provoca, pero debemos hacer el esfuerzo. Por eso, algunos consejos para no perder el control.
- Piensa antes de hablar o actuar. Los agresivos tienden a ser impulsivos, es decir, hacen lo primero que se les pasa por la cabeza sin pensar en las consecuencias. Su excusa suele ser: ‘yo soy así, sincero, aunque no te guste’. Ser sincero no significa ser violento u ofensivo. Puedes decir lo que expresas de manera educada, sin lastimar.
- Trabaja tu empatía. Antes de hablar o actuar piensa en lo que puede sentir la otra persona con tus actos o palabras. Piensa que lo que a ti no te puede afectar, a otros sí. Todos tenemos sensibilidades diferentes.
- Considera lo que es necesario decir y lo que no. Los agresivos acostumbran decir todo lo que les molesta, sin filtros, y se la pasan peleando con otros, malgastando el tiempo y energías.
- Medita antes de pelear. Lo primero que debes preguntarte debe ser: ¿es importante esto, vale la pena? Muchas veces las personas discuten y hasta se van a los golpes por cosas absurdas. En la combi es común que cobradores y pasajeros se vean envueltos en sangrientas peleas, y alguna hasta acabó en muerte, por solo 20 céntimos. ¡Una locura!
- Aprende a liberar la rabia. Si te molesta alguna situación no es bueno que te quedes callado, pero es importante encontrar el equilibrio al abordar el problema. Antes de iniciar una pelea o discusión sigue los pasos anteriores y, si después continúas con cólera, escribe lo que te molesta en un papel y rómpelo en pedazos. También puedes hacer ejercicios físicos, escuchar música, bailar y hablar de lo que te ocurre con otra persona que tenga equilibrio emocional.
- Relájate. Debes tener en cuenta que muchas cosas no tienen arreglo, así te molestes, pelees y discutas todo el tiempo. Así que mejor respira hondo y piensa en cosas positivas, agradables, en lo buenos que te ocurre”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.