Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de res con frejoles, arrocito graneado y salsa criolla. Para tomar pidió una jarrita de anís para la buena digestión. “María, en estos tiempos de crisis económica, mucha gente invierte en inmuebles para conservar su dinero en lugar de tenerlo en el banco o bajo el colchón.
Por eso indigna lo que ha pasado con más de diez familias que invirtieron los ahorros de sus vidas para comprarse un departamentito clasemediero, pero ahora denuncian haber sido estafados por dos hermanos, dueños de una inmobiliaria.
El modus operandi fue así: la empresa instala un stand en ferias inmobiliarias, desde donde encandila al público ofreciendo apartamentos cómodos, así como áreas comunes y acabados de lujo. Muchos dieron hasta 225 mil soles como inicial, pero transcurridos dos años no se ha puesto ni un ladrillo en el terreno del proyecto Moradia, en Santa Catalina.
Lo peor es que los dueños de esa compañía no dan la cara, no contestan los celulares y según un reportaje dominical abandonaron sus oficinas y no se sabe si devolverán el dinero de los incautos.
Por eso hay que tener mucho cuidado al momento de hacer ese tipo de inversiones tan altas. Hay que investigar a las empresas, ver si tienen juicios, su experiencia en el mercado y cruzar información con otros usuarios.
No es posible que se aprovechen así de gente trabajadora y honrada, que en un momento ven esfumarse el fruto de décadas de ardua labor. Por eso sigue estos consejos:
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