Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un caldito de gallina de doble pechuga con huevo sancochado, cebollita china picada, limón y su rocotito molido. Para tomar pidió chicha morada. “María, mañana domingo es el Día del Padre y ya veo que los cementerios estarán repletos de deudos que visitarán la tumba de papito, abuelito o hermano. Las pollerías y los chifas también esperan gran cantidad de comensales para festejar. Y ni qué decir de los centros comerciales y locales campestres, que lucirán abarrotados de familias alegres, que tomarán, comerán y bailarán. Todo muy bien.
Desde que llegamos a la Tierra, la familia ha sido muy importante y las figuras paterna y materna también. Ninguno de ellos puede faltar en el hogar porque, de lo contrario, el hijo sufre. El padre siempre tiene que estar al lado de sus hijos, hasta que estos se van a formar sus propias familias. El papá es el primer ídolo de los hijos. Antes que los deportistas o artistas. Un buen padre moldea a sus niños, los encauza con autoridad y los hace fuertes como el roble con su amor. Por eso no entiendo a algunos personajes que facilito hacen hijos en una y otra mujer y las abandonan, privando a esas criaturas de la figura paterna. En los recuerdos de los niños están los paseos en familia, los almuerzos o desayunos con papá y mamá, las fiestas de cumpleaños con ellos presentes, los viajes de vacaciones y las consultas al médico cuando se enferman.
Si no hay papá, la madre debe buscar llenar ese vacío con la presencia del abuelo, un tío, alguien responsable y de confianza. Las madres solas no pueden ser madre y padre a la vez, por más que lo intenten. Un aplauso para esas mujeres que no se amilanan y siguen para adelante sin tener un esposo al lado.
Afortunadamente no todos los papás se van. La inmensa mayoría son chambas, amorosos y preocupados por sus hijos. Esos son capaces de comerse sapos y culebras con tal de ver felices a sus retoños. Y trabajan duro toda la semana para darles comida, ropa, servicios y esparcimiento. Por eso, mañana domingo la pasarán chévere con su esposa e hijos, sientiendo que con ellos la vida tiene sentido. Si todos fuésemos buenos padres, hombres modelos y de buenos valores, no habrían tantos delincuentes, asesinos, estafadores o infieles. El niño aprende del padre y reproduce en su vida adulta lo que el progenitor fue.
Papá, a pocas horas de tu día, piensa si le estás dando las horas suficientes a tus hijitos, si tienes una vida ordenada para ofrecerles o si prefieres a los amigos que a ellos. La vida se pasa volando. Cuando te des cuenta, ellos ya estarán grandes y no querrán estar contigo”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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