Mi amigo Gary llegó al restaurante por una sopita de pollo con mollejas y corazoncitos bien caliente. De segundo, un estofado parte pierna, presa grande, con arroz blanco y ajicito molido. Al final, bajó la grasita con una jarra de anís al tiempo.
“María, realmente fue penoso ver en televisión al boxeador David ‘Pantera’ Zegarra drogándose en una fiesta electrónica. Se supone que un deportista lleva una vida sana, pero a estas alturas ya no nos sorprende nada. Lo curioso del caso es que esta droga, que cuando vi las imágenes pensé que era cocaína, más bien se trata de una conocida como ‘tucibi’ o ‘cocaína rosa’: es una sustancia sintética que produce efectos similares a la metanfetamina. Da una sensación de euforia y alucinaciones.
Con dosis muy elevadas se pueden experimentar ataques de pánico. María, ya diversos especialistas en el tema de las drogas y el consumo de alcohol revelan que está aumentando en los jóvenes cuyas edades van de los 13 a los 25 años. Eso es muy peligroso, pues esta lacra es una de las principales causas de problemas como la delincuencia, pandillaje, vagancia y violencia en los hogares.
Un adicto al alcohol o las drogas no solo es una pesadilla para su familia, sino que también es una carga para la sociedad. Es fundamental que los padres protejamos a nuestros hijos, pues hoy la droga la venden hasta por Internet y se la llevan a casa por delivery. Por eso:
Conoce a sus amigos. Convence a tus hijos para que lleven a sus amistades a casa. Relaciónate con otros padres para detectar más rápido cualquier problema.
Enseña con el ejemplo. Los padres son los modelos más importantes para los hijos. Demuéstrales que los problemas se superan sin consumir drogas.
Buenas amistades. Convence a tu hijo de que frecuente lugares positivos. Hará buenos amigos y será más difícil que consuma licor, tabaco o drogas ilegales.
Fortalece su autoestima. Expresa tu cariño y orgullo cuando elogies a tu hijo, lo mismo que cuando lo corrijas. Evita herirlo. Valora sus esfuerzos y logros.
Habla sobre drogas. Dale información sobre los daños a la salud, económicos y legales que conllevan consumirlas.
Que le quede claro que no son necesarios el alcohol ni el tabaco para el éxito social.
Enseña a tu hijo a decir ‘no’. Fortalece su seguridad y confianza. Así no le afectará la presión de amigos para que consuma estupefacientes. Pon reglas claras en la familia sobre el uso de alcohol, tabaco y drogas ilegales.
Fomenta actividades saludables. Haz que tu hijo practique deportes, arte, cultura u otras que le interese.
Aprende a identificar las señales asociadas al consumo de sustancias alucinógenas. Entre otras, el cambio de amistades, comportamiento rebelde, constantes actividades fuera de casa. Actúa con calma, habla con tu hijo y coméntale de tus dudas sobre su posible consumo de drogas. Apóyalo si te dice que las está usando, no lo agredas”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.