Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un escabeche de pescado bonito con su huevito duro, arrocito blanco y rocotito molido. Para tomar, pidió una cebadita tibia. “María, las drogas ya son una de las causas de mayor mortandad en el mundo. Y también tienen un impacto económico importante en las sociedades, pues generalmente los drogadictos pierden los trabajos o arruinan sus negocios y encima chocan con la familia.
En Estados Unidos, sin ir muy lejos, hay cientos de miles de adictos viviendo en las calles y hasta los llaman ‘muertos vivientes’ o zombis con esa nueva droga que se llama fentanilo. Estadísticas señalan que solo en el 2021 murieron 107 mil personas en ese país a causa del consumo del fentanilo. Los noticieros han inundado con imágenes de gente viviendo en carpas en exclusivas zonas de Beverly Hills o Hollywood, lo que ya se ha convertido en grave problema social.
En el Perú no estamos a ese nivel, pero hay que prevenir. Y combatir duramente a las mafias de las drogas si no queremos convertirnos en un país de adictos, como Estados Unidos, o en centro de producción y bandas de narcotráfico, como en México.
Hay que evitar que nuestra juventud se dañe con estas sustancias. En mi época, las drogas solo circulaban en barrios bajos y en las clases altas. Ahora están por todas partes, en especial en los colegios y las universidades.
Los chicos de ahora, por sentirse ‘cools’, prueban de todo sin medir el peligro. Así como en la prostitución clandestina, los ‘dealers’ están en todos los distritos y hasta hacen delivery en motos. Los narcos buscan clientes y se meten a esos grupos sociales, así como a las fiestas, para vender su inmundo producto. Hay que estar alertas como padres para evitar que nuestros hijos se enganchen con ese vicio.
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