El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un sabroso piqueo criollo de carapulcra, ají de gallina y olluquito, con arroz graneadito y rocotito molido. Para bajar la grasita se pidió una taza de hierba luisa bien caliente.
“María, llegó a la redacción elegantemente vestido y bien peinadito el gran periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha. Me saludó y me dijo: ‘Gary, estaba caminando por la avenida Palermo, en Balconcillo, con el hijo del pueblo, Hugo ‘Cholo’ Sotil, y la gente salió disparada del mercado para abrazar al autor del golazo y héroe de la Copa América 1975. Ante la algarabía, se quitó su casaca de lana que decía ‘Perú’ con letras grandes y se la regaló a una hincha victoriana.
Lo vi jugar en el ‘Mundialito de El Porvenir’ con zapatillas Bata. Con la chompa de su barrio, ‘Deportivo Huarcaya’, se sentaba en un quiosco y comía rico su plato ‘siete colores’. Quién lo diría, después su endiablada gambeta lo llevó al Barcelona de España, donde hasta hoy es ídolo y muchos lo recuerdan por su golazo de cabeza al archirrival Real Madrid, en el mismísimo Santiago Bernabéu. Su compadre, el desaparecido astro holandés Johan Cruyff, contó que al salir de compras, el ‘Cholo’ se sacó las zapatillas y cuando vio sus pies parecía que tenía zapatos puestos. Es que la rompía jugando descalzo en las polvorientas chacras iqueñas.
Recuerdo que saliendo de comer un cebichito en Barrios Altos, tras el éxito de su película ‘Cholo’, un botellero pasó con su triciclo, Sotil lo paró, agarró una pelota de cuero que tenía y se puso a hacer cabecitas. Luego firmó el balón y relató el hermoso gol de cabeza que le hizo a Chile, rumbo al Mundial Argentina 1978. En un clásico ‘U’-Alianza, en el estadio Nacional, con la mirada baja observó al vendedor de canchita. Sacó unas monedas de su bolsillo secreto y se las entregó. También le dijo: ‘Sigue nomás, sé lo que es vender canchita’. Fue genial el tremendo baile al mítico Franz Beckenbauer, del Bayern Múnich, con el combinado Alianza-Municipal que goleó 4-1 a los alemanes.
Nuestro histórico mundialista tiene amor eterno a su esposa Guillermina. Es amable, habla despacio y camina lento abrazado por la gloria’”. Pucha, ese señor Mendocha conoce a grandes personajes y el ‘Cholo’ Sotil es un ídolo de todos los tiempos. Me voy, cuídense.