Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una sopita de choros con papa blanca, pescadito frito con sarsa y yuca y, para tomar, jugo de maracuyá. “María, el 2 de octubre son las elecciones municipales y regionales en todo el país. Es nuestro deber elegir bien esta vez. Ya basta de poner en cargos importantes a tanto pillo. Lo peor es que ahora muchos operan como organización criminal.
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Llegan al poder y empiezan a saquear al Estado no solo con licitaciones amañadas, sino con compras sobrevaloradas y algunos hasta cobran a los ambulantes y comerciantes para no cerrarles sus puestos. Hace unos años, el hijo de un alcalde en La Victoria era quien ‘ajustaba’ a los comerciantes, exigiéndoles cupos. Los que no pagaban sufrían la clausura de sus negocios.
El miércoles en la madrugada, la fiscalía, apoyada por la Policía, intervino al alcalde de Carabayllo y a otros funcionarios, acusados de irregularidades en la compra de camionetas para ese municipio. Y actualmente el alcalde de Anguía, en Cajamarca, está siendo investigado por pertenecer a una organización criminal que direccionaba obras. Casi no hay autoridades regionales o municipales que no tengan investigación fiscal, juicio o sentencia por corrupción.
A veces los casos se descubren años después, como ocurre con el expresidente Martín Vizcarra, a quien un colaborador eficaz, el exministro José Hernández, lo acusa de recibir coimas de más de un millón para aprobar obras cuando era gobernador regional de Moquegua.
Un estudio elaborado hace poco descubrió que la mayoría de agrupaciones políticas llevan como candidatos a gente con pasado oscuro, con sentencias o investigaciones por corrupción. Mucha de esa misma gente será elegida probablemente el 2 de octubre. Esos llegan al poder ofreciendo el oro y el moro. Y la gente les cree. Como hace unos años en que un candidato ofreció el balón de gas a 12 soles.
Eso nunca ocurrió, pero igual ese personaje fue elegido congresista. Así como hay tiempo para revisar el Facebook o Instagram y saber la vida de los amigos y conocidos, hay que darse un tiempo para revisar el currículum de los candidatos en sus distritos o regiones. Se van a llevar muchas sorpresas. Pero lo mejor es que evitarán elegir a un pillo de siete suelas. La población, además, debe mantenerse vigilante ante lo que ocurre. Y organizarse.
Basta de actitudes pasivas o de solo opinar en redes sociales. Si se descubre que un alcalde está robando, pues hay que hacer marchas, acciones judiciales o plantones hasta conseguir que se vaya y sea procesado. Los honrados somos más que los deshonestos. Los podemos botar cuando queramos, pero para eso hay que tener más responsabilidad ciudadana”. Gary tiene razón. Ya basta de corruptos. Me voy, cuídense.