Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pollito a la plancha en salsa roja, acompañado de ensalada fresca. Para tomar pidió limonada con hierbaluisa heladita. “María, ayer las mafias de cobro de cupos balearon un bus de la línea 73 para exigir a los choferes el pago de dinero como ‘seguridad’.
Ya casi todos los negocios en el Perú, chicos o grandes, son víctimas de extorsión. Y mientras tanto, la presidenta Dina Boluarte y su ministro favorito, Juan José Santiváñez, ese que botó de la PNP a todos los policías que allanaron la casa de la mandataria, dicen que estamos bien.
‘Pónganme cero’, les grita la jefa del Estado a las encuestadoras que solo recogen el sentir del pueblo ante una gestión nefasta. Claro está, de ella no es toda la culpa. También de los congresistas, más ocupados en contratar chicas del OnlyFans, en dar leyes solo para protegerse ellos y hacer negociados con el poder que tienen.
Igualmente del Poder Judicial y el Ministerio Público, que bajo leguleyadas liberan a delincuentes probados que al salir a la calle vuelven a asaltar, robar, matar o secuestrar.
Los hampones actúan de manera tan desembozada porque saben que con un buen abogado salen libres. Y si son atrapados y enviados a la cárcel, están seguros que desde allí seguirán liderando sus organizaciones criminales, apoyados por malos agentes del INPE y de la Policía.
La gente buena, que es la mayoría en el país, está desamparada. No se puede confiar en nadie. Ni en la Policía, pues precisamente en estas fechas los custodios sacan su ‘Navidad’ pidiendo plata a los choferes. Por eso:
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