Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una jalea de pescado y mariscos con ensalada de tomate, cebolla, rocotito y una chicha morada friecita. “María, continúa prófugo el director de un colegio en Chincha acusado de violar a una pequeñita de tres años.
Este hecho demuestra cuán expuestos están los niños en el Perú, pues numerosos casos de abuso sexual a menores se dan en los planteles. Pero también en el hogar, en casas de familiares y amigos, pues los abusadores casi siempre son conocidos. Por eso, es obligación de los padres estar alertas las veinticuatro horas del día. A continuación, consejos de los expertos para reconocer a un pederasta:
* Cualquier adulto puede ser un violador. No hay una característica física, racial, tipo de personalidad, creencia religiosa o profesión que compartan los pederastas. Pero muchos se muestran encantadores y amorosos mientras albergan pensamientos aberrantes.
* Los abusadores son personas que los niños conocen. Se calcula que el 30 por ciento de menores violentados sexualmente fueron víctimas de algún familiar, mientras que el 60 por ciento lo fueron de alguien que no era un familiar, pero sí conocido. El 10 por ciento restante fue víctima de un extraño.
* El pederasta puede ser, en la mayoría de los casos, un profesor, entrenador, sacerdote, pastor, vecino, maestro de música o niñera.
* Los padres, tíos, abuelos, primos, padrastros también podrían serlo.
* Aunque un depredador sexual podría ser cualquiera, muchos comparten algunas características: la mayoría son hombres, fueron abusados sexualmente en su pasado, tienen alguna enfermedad mental (como un trastorno del estado de ánimo o de la personalidad).
* Muestran más interés por los niños que por los adultos, buscan trabajos que les permitan pasar más tiempo con ellos, tratan y hablan de los pequeños como si fueran adultos, un amigo o pareja. También afirman que aman a todos los niños.
* Buscan ganarse la confianza de los pequeños y de sus padres. Para lograrlo pueden emplear meses o años. Se ofrecen a cuidarlos, a llevarlos de compras o de viaje, o a realizar otras actividades que les permitan pasar más tiempo con ellos.
* Se aprovechan de los niños cuyos padres no pasan mucho tiempo con ellos. Emplean juegos para hacerse ‘sus amigos’, guardan secretos con ellos para tener una relación de mayor confianza.
* Tratan de tocar a los niños. Los acarician, les dan besos, tienen comportamientos provocativos y hasta les enseñan pornografía. Pueden extorsionarlos, sobornarlos, adularlos y, mucho peor, darles afecto y amor. Todo para aislarlos y confundirlos”. Padres deben estar más alertas. Me voy, cuídense.