Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó por sus tallarines verdes, un bisté apanado encima y su jarra de emoliente. “María, una de las razones por las que la delincuencia ha puesto en jaque al Perú es la ineficiencia o corrupción en el Ministerio Público y el Poder Judicial. Es cierto que faltan efectivos y un plan integral realmente eficaz para luchar contra las bandas de ‘marcas’, sicarios, ‘raqueteros’ u otros malhechores.
Pero en medio de tantas dificultades, los policías hacen su trabajo con responsabilidad y eficiencia, muchas veces arriesgando sus vidas. Capturan a pistoleros in fraganti con armas de fuego y otras evidencias, pero increíblemente el fiscal o el juez les da libertad. Como pasó con la banda ‘Los rápidos y furiosos’, cinco sujetos que iban en un auto blanco con placa adulterada.
En el interior del vehículo los policías hallaron un revólver, un cuchillo, cuatro trozos de soga, drogas y pasamontañas. Está claro que estos tipos no llevaban materiales para hacer ositos de peluche, sino armas y herramientas para asaltar y robar. Así lo hizo saber el comandante Flavio Esquivel Villafane, jefe de la Divincri de dicho distrito, quien está indignado porque ‘Los rápidos y furiosos’, a quienes puso a disposición de la Fiscalía, han sido dejados en libertad como si fueran unas mansas palomas.
Los cinco detenidos, Félix Ramos Zevallos, ‘Pelacho’; Javier Yancul Alejos, ‘Chatarra’; Miguel Ángel Álvarez Mendoza, ‘Gordo’; Jam Vilcapoma Grados, Peluca’, y Angerson Guzmán Gutiérrez, ‘Andy’, fueron puestos en libertad por el juez de turno, debido a una aparente falla administrativa. La denuncia de la fiscal Carmen Gonzales, quien pidió su detención, habría llegado unos minutos tarde. Pero hasta el sentido común, el raciocinio más elemental, llevaría a cualquier autoridad judicial a tener en cuenta ciertas evidencias para no soltar tan alegremente a cinco sujetos tan peligrosos.
Todos tenían antecedentes y fueron capturados en actitud sospechosa y con armas usadas para los asaltos con las modalidades de la ‘marca’ o el ‘raqueteo’. Al menos, se debió mantenerlos detenidos hasta que se esclarezca su situación. Pero se actuó con indulgencia.
Este caso grafica la forma ingenua y torpe en que, muchas veces, se viene administrando justicia en nuestro país. La policía denuncia que esto pasa con frecuencia en los juzgados del Cono Norte y el Callao. Hay ocasiones en las que, incluso, ha corrido dinero. El gobierno que asuma el 28 de julio debe tratar este tema con el rigor que amerita. Nada de penas benignas ni docilidad con la delincuencia”. Mi amigo Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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