Este Búho se estremeció al ver el documental ‘Verdades y mentiras: El último gánster’ (2022), dirigido por Dave Hoffman, que nos presenta la última entrevista, en algún lugar de Estados Unidos, al ‘soplón’ más buscado y odiado por la mafia: Sammy ‘Toro’ Gravano, el sicario que delató a , el poderoso y sanguinario jefe de la familia Gambino, la más peligrosa de las cinco familias mafiosas de Nueva York, cuyo testimonio fue fundamental para que lo condenaran a cadena perpetua y muriera en la cárcel.

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El llamado ‘Don Teflón’, que se había librado de tres megajuicios por asesinato y corrupción, por lo que se creía intocable y todopoderoso, no pudo salvarse de las acusaciones de su amigo y subjefe Gravano, quien, inmutable, confesó que cometió ¡19 asesinatos!, la mayoría por orden de su jefe.

En 1990 fueron detenidos Gotti y Sammy gracias a micrófonos ocultos en la oficina del capo. En las grabaciones se escuchaba que Gotti se jactaba de asesinatos y burlaba de su sicario el ‘Toro’ (Bull) y deslizaba la posibilidad de eliminarlo.

El FBI le hizo escuchar esas cintas a su segundo, quien por ese motivo se convirtió en ‘soplón’. El delator no solo contó sus crímenes (incluidos su mejor amigo y su cuñado), también reveló que junto a Gotti ordenaron el asesinato del ‘capo de capos’ de la mafia Gambino, ‘Big Paul’ Castellano, en la puerta de un restaurante en Manhattan en hora punta.

Mayweather vs. John Gotti III

TROME | Floyd Mayweather vs John Gotti | Redes sociales
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La fiscalía le ofreció a Sammy un trato que no pudo rechazar: cumplir una condena benévola de cinco años y conservar toda su fortuna acumulada durante sus años delictivos si traicionaba a su jefe y a 35 miembros de su ‘familia’.

El ‘Toro’ aceptó. Pasados los cinco años de reclusión, Sammy desapareció del mapa amparado en el programa de protección a testigos. Solo reapareció en 1997 en una entrevista con la cadena televisiva ABC, ‘en algún lugar del mundo’, porque la mafia le ha puesto precio a quien lo mate: ¡un millón de dólares!

Partes de esa entrevista la vemos en este nuevo documental. Pero la ‘carnecita’ la constituye una nueva entrevista al exmafioso en la actualidad, en el 2022. Sin pelo, con lentes oscuros, no se arrepiente de nada. Ni por sus diecinueve asesinatos.

“Maté a delincuentes, ellos sabían en lo que se metían. Nunca maté a una persona legal”. Confesó que quiso hacerse una cirugía plástica “como el rostro de Robert Redford, pero cuando me dijeron que era imposible decidí quedarme con el mío”, declaró cínicamente.

En 1997 salió a librerías su libro: ‘Mi vida en la mafia: el segundo de John Gotti’. En el filme que comentamos, participan sus dos hijos, Karen y Gerard. Ambos reconocen los efectos traumáticos que ocasionaron en ellos el que su padre sea un asesino y un mafioso.

Karen confesó: “No le perdoné a mi padre que se volviera un soplón”. Su hijo reconoce que se volvió un delincuente para imitar a su progenitor. También participa el hijo de John Gotti, exmafiosos, agentes de FBI que lo investigaron y hasta hijas de sus víctimas.

Sammy ‘Toro’ Gravano se aburrió del anonimato

Todos esperaban que Gravano, al ingresar al programa de protección de testigos del FBI, hiciera una vida tranquila y lejos de las venganzas de la mafia. Se cambió la identidad y hasta se hizo una pequeña cirugía estética. Pero pronto se aburrió del anonimato.

Se mudó a Phoenix, Arizona, y creó un negocio de materiales de construcción al que le puso el mismo nombre del que tenía en Brooklyn en sus días de gloria, cuando facturaba para la mafia 20 millones de dólares anuales.

Cuando decidió dar su primera entrevista en 1997, salió del programa de protección a testigos. Se separó de su esposa. En 1999 un periódico de Arizona lo descubrió en su casa de Phoenix, donde vivía bajo el nombre de Jimmy Moran. Entonces explicó que prefería vivir en libertad a estar esperando la venganza de la mafia escondido en algún lugar perdido de los Estados Unidos.

“No puedes cambiar lo que llevas adentro. A un leopardo no le puedes quitar las manchas”, sentenció. En esa nota dijo que mataba el aburrimiento en Arizona porque tenía un grupo de jóvenes al que aconsejar. Pero en el documental su hijo Gerard relata que su padre fue detenido en el 2000 en Phoenix y condenado por tráfico de metanfetaminas.

“Fui yo quien le conté que tenía un grupo de amigos que se hacían ricos traficando con esas pastillas. Yo y mi hermana nos metimos en eso. Mi padre se autoinculpó para protegernos a mi madre, mi hermana y a mí. Por nosotros lo condenaron a veinte años de cárcel”.

Quienes conocen al ‘Toro’ piensan que el amor a su familia lo pudo empujar a sacrificarse, pero lo que no creen es que no estuvo participando en ese lucrativo negocio. Sammy era también un excelente hombre de negocios y por ello lo detestaba Gotti, que era ante todo un mafioso, un matón, y seguramente no se resistió a volver a ganar mucho dinero burlándose de la ley.

Salió después de 17 años con una libertad condicional de por vida. Al final se le ve en una amplia casa mirando una pileta en medio del desierto. Solo, como esperando la llegada de algún sicario ansioso de cobrar el millón de dólares por su cabeza porque para la mafia no existe la fecha de caducidad. Apago el televisor.

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