Sada Goray
Sada Goray

Este Búho cree que las mentiras siempre tienen patas cortas. Cuando vi a la detenida con cara de aterrada frente al juez, no pude evitar pensar en la frase de un tema de Joaquín Sabina: ‘Era tan pobre, que no tenía más que dinero’.

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Así se encontraba esa mujer que balbuceaba la dirección de algunas de sus residencias en Estados Unidos y el país, pero sospechosamente se había alojado en el hotel del aeropuerto para su firma mensual en la Fiscalía por una condición de ‘colaboradora eficaz’ que no merecía.

Ni sus millones la salvaron. Creyó que iba a firmar y con las mismas se las iba a picar a Estados Unidos y que la Fiscalía le iba a seguir creyendo su cuentazo de que ‘fue víctima de una millonaria extorsión de del ministerio de Vivienda’.

Sada Goray y Mauricio Fernandini
Sada Goray y Mauricio Fernandini

El plan de Goray era estampar su control biométrico y con las mismas tomar un avión a Estados Unidos. El equipo de fiscales contra la corrupción del poder habían recabado una montaña de acusaciones en su contra en los últimos meses. Es evidente que no era ninguna víctima de la organización criminal de Palacio.

Si bien efectivamente pagó 5 millones de soles a Salatiel Marrufo para que los haga llegar a los bolsillos de Geiner Alvarado y un angurriento presidente Pedro Castillo, lo hizo voluntariamente sin extorsión de por medio, con el fin de capturar luego el Fondo MiVivienda y la Superintendencia de Bienes Nacionales, llegando a desalojar a funcionarios honestos para colocar a sus compinches en los principales puestos, para beneficiarse de millonarios desembolsos del Fondo y comprar por ocho millones de dólares un terreno del Estado que vendió en 48 millones al grupo Centenario.

Para la Fiscalía, la empresaria había conformado otra organización criminal en el Ministerio de Vivienda con su exesposo Luis Mesones y Pedro Arroyo, títere en la presidencia del directorio de MiVivienda. A estas alturas todo está corroborado y algunos están detenidos a la espera del pedido de prisión preventiva porque existen probados indicios de intentos de fuga.

La Fiscalía tuvo que actuar con astucia. La orden de captura a la otrora dueña de Marka Group se mantuvo en la más estricta reserva. Recordaban que el 22 de diciembre del año pasado la empresaria hizo una jugarreta: vendió Marka Group a la compañía Aalto Gestión Inmobiliaria.

Seguía haciendo sucios negocios por debajo de la mesa

O sea que, pese a estar investigada, seguía haciendo sucios negocios por debajo de la mesa. El grupo comprador le ha entablado una demanda al Estado por anular los convenios ‘truchos’ acordados por Goray con MiVivienda. El daño que la mafia encabezada por la ‘china’ le hizo al Estado es monumental. Sus telarañas de corrupción estaban en todos lados. Por eso, pocos policías debían saber que se le iba a detener una vez instalada en Lima.

Eludieron a la prensa e hicieron una alharaca con la captura de Fernandini. Mientras ningún periodista pudo captar la detención de la mujer. La empresaria mantuvo un extraño acuerdo con la Fiscalía, pues la dejaron vivir en Estados Unidos -donde la visitaban los fiscales para tomarle declaración-, a diferencia de otros colaboradores eficaces que estaban detenidos.

Pero la información documentaria que presentó fue vital para corroborar el testimonio de Marrufo y comprobar que la ‘ruta del dinero’ llegó hasta el angurriento Pedro Castillo vía la mafia de ‘Los chiclayanos’. Ahora se investiga a las hermanas de Castillo, que recibieron 10 mil soles mensuales de la ‘caja sucia’ del Ministerio de Vivienda y es posible que continúen cayendo más implicados en esta megacorrupción.

Las imágenes de la captura de , otrora periodista con ‘buena imagen’, fue patética. Ni qué decir de sus movimientos recientes de dinero en sus cuentas y propiedades. En el medio periodístico no hay casualidades y todo se sabe.

O caminas derecho, respetando y valorando el oficio, colocándolo como instrumento para el bien público, o cruzas la línea y te vendes al dinero manchado de empresarios corruptos o de políticos con fortunas sospechosas. Apago el televisor.

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