Este Búho recuerda que hace siete años los tocaron en el estadio Monumental para 60 mil fanáticos que dejaron casi 9 millones de dólares de ganancias. estaba feliz, había disfrutado de la gran gastronomía peruana visitando restaurantes emblemáticos: ‘Astrid y Gastón’ de Gastón Acurio y ‘Central’ de Virgilio Martínez.

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Sin embargo, el vocalista se fue del Perú indignado, según reveló Alejandro Gonzales, CEO de Kandavú, la empresa que trajo al grupo en el 2016. La mítica banda contaba con una exoneración de impuestos otorgada por el Ministerio de Cultura. Sin embargo, la Sunat no tomó en cuenta ese permiso y embargó las cuentas bancarias del productor generando un perjuicio a la compañía, ya que el dinero de los patrocinadores quedó retenido.

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Se molestó y amenazó con no brindar un concierto en Perú otra vez. Pero el músico de 79 años por estos tiempos anda feliz porque acaba de entregarle un anillo de compromiso a su novia Melanie Hamrick, de 36 años, bailarina de ballet y madre de su octavo hijo, Deveraux Octavian.

Ambos llevan más de nueve años de relación amorosa. Este columnista fue uno de los privilegiados en estar en el concierto que esperó todo el Perú por décadas. Cerca de la medianoche, sesenta mil fanáticos salieron del Monumental literalmente ‘stones’.

Mick Jagger y Keith Richards tuvieron serios problemas con las autoridades

No olviden que, a inicios de los setenta, Mick Jagger y Keith Richards tuvieron serios problemas con las autoridades por el consumo de drogas y hasta fueron acosados y sus domicilios allanados con el pretexto de buscar sustancias ilegales. Por eso ganaron fama de malogradazos. Pero los miles de fanáticos salieron felices al escuchar a la mejor banda de rock and roll viva de la Tierra. Cincuenta años arriba de un escenario no pasan en vano.

Valió la pena meterse la mano al bolsillo y apoquinar las entradas más caras para un concierto en Lima, teniendo en cuenta que una popular Norte para el show de Paul McCartney costaba ochenta soles y para el de Mick y compañía estaba en trescientos veinte soles.

Cuando a las 9 de la noche sonaron los primeros acordes de ‘Start me up’, el coloso de Ate se vino abajo. Este columnista, que estaba en popular Norte, terminó en Occidente gracias a que unos lagartazos lograron abrir por algunos minutos una puerta que daba acceso de la popular a la privilegiada tribuna.

Nadie se hizo paltas, todos éramos iguales en esas mágicas dos horas. Todos coreaban los hits de distintas épocas que se sucedían uno a uno: ‘It’s only rock and roll’, ‘Tumbling dice’ y ‘Out of control’. Empezando por Mick, que andaba frenético, se movía como si una culebra se hubiera introducido en su pegadísimo polo.

‘Una anaconda’, hubiese dicho la gran Monique Pardo. Con un ‘¡Hola… mis causitas!’, Jagger se metió al respetable en el bolsillo. Keith Richards y Ronnie Wood eran la comparsa perfecta, tomando un protagonismo necesario, porque Mick tenía 72 años y ni un jovencito puede resistir dos horas con semejante derroche de frenetismo.

Uno de los momentos de más reposo para el vocalista y de sobrecogimiento para el público fue escuchar a Richards con su guitarra acústica y ‘You got the silver’. Pero el momento esperado con angustia por los fanáticos llegó.

En otras ciudades no tocaron la balada ‘Angie’, el tema compuesto en homenaje a la primera esposa de David Bowie, íntimo amigo de Mick, en épocas de locura.

Un tema entrañable que fue el más reclamado por los seguidores en internet, luego ‘Like a rolling stone’, compuesta por Bob Dylan, y ‘Waiting on a friend’ (Esperando a un amigo). En las necesarias pausas, Mick sacó a relucir su chispa, al alabar nuestra gastronomía. Y nos cochineó. ‘Mi hija tiene un cuy de mascota y llegó aquí y ya no lo encontró’, seguro porque probó la exquisita carne del roedor, que no es común degustarla en otros países.

Alabó también a los chibolos que bailaban frenéticos abajo del estrado. ‘Bailan mejor que sus vecinos’, dijo en referencia a los chilenos. Siguieron ‘Gimme shelter’ y la recordada ‘Miss you’. También un tema de oro puro: ‘Sympathy for the devil’ (Simpatía por el diablo).

El coloso se vino abajo con el riff más famoso en la historia del rock, Keith Richards iniciando ‘(I can’t get no) Satisfaction’. Parados en las butacas de Occidente, nos volvimos más pendencieros que barristas de la ‘Trinchera Norte’. Era el gran final. La llegada de los dinosaurios a Sudamérica este año es una incógnita y no por problemas de impuestos. Apago el televisor.

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