Este Búho recibe correos de sus jóvenes lectores, que le piden: Búho, cuéntanos quién es en realidad ese Joaquín Ramírez al que se le han incautado bienes y muchos inmuebles que alcanzan los mil millones de dólares, que según la Fiscalía serían producto de lavado de activos, pero él jura que empezó a amasar su fortuna trabajando como ‘cobrador de combi’.
En realidad, el origen de los millones de Joaquín ‘Tío Lucas’ Ramírez es todo un misterio. Nació en el humilde caserío de San José de Bolívar, Cajamarca, en 1970. Allí estudió la primaria en una escuelita fiscal y la secundaria en un colegio nacional de Ventanilla. Dice que estudió en la Universidad Agraria hasta 1988, pero no hay registros, más bien recién en el 2008 se graduó en Administración de Empresas en la Universidad Alas Peruanas, de su controvertido tío Fidel Ramírez Prado, su fundador y rector.
En esa época, ya se presentaba como un próspero empresario, accionista y gerente de diversas empresas del rubro inmobiliario, automotriz e informática. Al punto que se vincula con el partido fujimorista y Keiko queda encantada con el dadivoso empresario cajamarquino y lo incluye en la lista parlamentaria por Cajamarca para el periodo 2011-2016.
Pero ¿dónde estaba? o, mejor dicho, ¿a qué se dedicaba en esos diez años en que no aparecía en el radar? ¿Cómo acumuló su cuantioso patrimonio? Cuando en el 2014 la procuradora Julia Príncipe le inició una investigación por lavado de activos para aclarar el origen de su fortuna, que superaría los siete millones de dólares, que incluía también 30 inmuebles, 34 automóviles, entre otros bienes en Miami, y pidió que se le levantara la inmunidad parlamentaria, Ramírez salió de su ostracismo para dar la cara y contar una alucinante versión del origen de su patrimonio en el programa ‘Sin pelos en la lengua’.
Dijo que había iniciado su camino al éxito trabajando como ‘cobrador de combi’: “Fui cobrador desde los 19 hasta los 20 años. Yo estudiaba en la universidad en las tardes y en las mañanas de todos los días cobraba. Trabajé año y medio en la combi. Dormía en una cochera donde se guardaba la combi. Así es como empieza mi vida. La combi cubría la ruta de La Punta hasta La Molina. A los 24 años (…) abrí la primera empresa porque gané algo de platita cuando empecé a vender vehículos usados. Yo era vendedor de autos usados de un importador, cuando había dejado de ser cobrador. Me daban un sueldo básico y con eso abrí mi primera empresa de importación de vehículos. La importadora de computadoras es Capricornio Import, esa es la segunda empresa. Con la primera empecé con un capital de 3500 dólares (…). Mi capital me alcanzó para dos autos. Reuní mi capital con mis comisiones y con mis sueldos. Lo hice en seis o siete meses”, manifestó muy suelto de huesos el entonces congresista fujimorista.
Los chicharrones de Joaquín con la justicia
Los ‘chicharrones’ de Joaquín con la justicia no fueron impedimento para que siguiera siendo el engreído de Keiko Fujimori, que lo nombró secretario general de Fuerza Popular por sobre otros fujimoristas de viejo cuño. Además, utilizó varios inmuebles de Ramírez para la campaña del fujimorismo con miras al 2016. En el fragor de la campaña electoral, un informe periodístico sostuvo que el congresista era investigado por la Agencia Antidrogas Norteamericana, DEA, porque habría un audio presentado por un piloto comercial peruano residente en Miami, donde Ramírez le hace una confesión: “La ‘China’ (Keiko Fujimori) me dio 15 millones de dólares para ‘lavarlos’. Lo hice en grifos, locales de venta de combustible”.
La denuncia tuvo efecto de bomba atómica. Pero luego la misma DEA se encargó de precisar que Keiko no estuvo ni estaba investigada por ellos. Luego, la fiscal Sara Vidal archivó la investigación preliminar en contra de Joaquín Ramírez y a Keiko Fujimori por el delito de lavado de activos. Sin embargo, la procuradora antidrogas Sonia Medina le advirtió a la fiscal Sara Vidal que el origen del dinero de Ramírez tenía como posible procedencia el tráfico ilícito de drogas, por lo que le recomendó seguir esa tesis.
Una era las vinculaciones con Miguel Arévalo Ramírez, ‘Eteco’, y otro el tema del alcalde de Tocache, quien estaba involucrado en narcotráfico”, dijo Medina. Hoy nuevamente Joaquín Ramírez, actual alcalde de Cajamarca, vuelve a enfrentar no solo una investigación de lavado de activos, sino una incautación de inmuebles de más de mil millones de dólares y lo vinculan con el presunto lavado de activos con la Universidad Alas Peruanas, que perteneció a su familia. El alcalde se reafirma en los orígenes lícitos de sus millones, que le habrían llegado ‘en una combi’. Como diría la gran Cristina Saralegui, ¿será cierto esooooo? Apago el televisor.