Este Búho no se alegra de que alguien vaya con sus huesos a parar a prisión. Pero el asesinato del periodista , cometido en Huanta en 1988, no podía quedar impune después de 34 años. La Tercera Sala Penal rectificó un fallo que había absuelto al general Daniel Urresti de participar en el crimen desde su cargo de jefe de Inteligencia del cuartel de Castropampa y .

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Bustíos era corresponsal de la revista Caretas en Huanta. Escribía y fotografiaba sobre aquellos años aciagos, desgarradores que vivió Ayacucho por culpa de la insania terrorista de Sendero Luminoso, que declaró su demencial guerra al gobierno democrático de Fernando Belaunde. No solo era periodista, sino también bachiller en Derecho y comerciante.

Nadie podía ejercer el periodismo en esa región sin que peligrara su vida, sobre todo después de que en diciembre de 1982, el presidente Belaunde, ante la impunidad con la que los senderistas emboscaban puestos policiales y asesinaban a autoridades políticas, acusándolas de ‘soplones’, decidió ordenar que las Fuerzas Armadas tomen el control político militar en Ayacucho. Fue algo a lo que se había resistido porque vislumbraba que con los uniformados en la zona, como en toda guerra, se iban a cometer excesos, detenciones arbitrarias, asesinatos de inocentes, pero nunca imaginó que esa demencial guerra terrorista y la intervención de los militares para combatirlos costaría, según el informe final de la Comisión de la Verdad, 70 mil víctimas, incluidos los desaparecidos, alrededor de quince mil.

La mayoría de las víctimas fueron civiles inocentes, campesinos de las comunidades de la sierra sur del Perú, que se vieron entre dos fuegos por la violencia asesina de los senderistas y la represión de los militares, quienes desconfiaban de los comuneros creyendo que por el hecho de serlo, ya eran aliados de los terroristas. Esas atrocidades dieron pie a que Francisco Lombardi filmara su notable película ‘La boca del lobo’, con Gustavo Bueno como un teniente con psicosis asesina y Toño Vega como un soldado que todavía mantenía valores. El número de víctimas se incrementó durante el gobierno de Alan García (1985-1990).

La muerte Hugo Bustíos resultó incomprensible

En ese peligrosísimo ambiente desarrollaba su trabajo Hugo Bustíos. Su muerte resultó incomprensible porque como lugareño y dueño de una bodeguita tenía buenas relaciones con los jefes militares del cuartel vecino de Castropampa, en Huanta, principalmente con el comandante Víctor La Vera Hernández. El corresponsal le dijo a su esposa Margarita Patiño: ‘Me voy a hablar con La Vera -que una semana antes había almorzado con él y su esposa-, han agarrado al ‘camarada Sabino’ y dicen que me ha ‘echado’, ha dicho que me conoce. Claro pues, si todos vienen a mi tienda y saben que soy corresponsal’. ‘Nunca regresó’, recordó su esposa. En esos días se había producido el asesinato de una campesina, Primitiva Jorge, y su hijo a manos de los senderistas. Hugo le indicó a su esposa: ‘Si me demoro, llamas a Caretas y me vas a buscar al cuartel’.

Daniel Urresti es condenado a 12 años de prisión por asesinato de Hugo Bustíos
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Salió en su moto con su colega Eduardo Rojas, cuando en eso una ráfaga de metralleta tumbó la moto e hirió a Hugo. ‘¡Herido!, gritó. Corre compadre, ¡huye!’. Rojas huyó corriendo en zig zag, pero logró ver cómo militares lanzaban una granada y el cuerpo de Bustíos volaba por los aires. ‘Si se hubiese quedado callado, tal vez esos malditos se hubieran ido. Cuando vi el cuerpo, su mano estaba a varios metros más allá, estaba destrozado’, evocó su esposa. En la guerra contrasubversiva hubo cientos de casos como este que quedaron escondidos bajo un manto de impunidad. El ser corresponsal de un medio importante como Caretas, al menos le dio a su viuda la oportunidad de buscar justicia durante casi 30 años hasta que murió atropellada. Si bien en un primer juicio condenaron a dos militares por este crimen (Víctor La Vera a 17 años y al psicópata capitán Amador Vidal (a) ‘Ojo de Gato’ a 15, fue este quien dinamitó su cuerpo con una granada), recién en 2013 La Vera declaró que Daniel Urresti, en su condición de jefe de Inteligencia de la base, salió en esa misión y que incluso disparó a la moto.

Pero la cosa se le complicó al que fuera candidato presidencial y candidato a la alcaldía de Lima, cuando en octubre de 2015 apareció una testigo, Isabel Rodríguez Chipana, quien juró que desde una ventana vio a Urresti disparar contra el periodista, y después el militar la violó dos veces para amedrentarla y que no lo delate. Cuando los jueces lo absolvieron, el general se burlaba de los familiares de Bustíos. En un país democrático, no se puede asesinar a un periodista y quedar impune. Apago el televisor.

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