Este Búho considera que el destino es circular y eso puede aplicarse a todo, como al deporte. La última gran campeona mundial fue Sofía Mulanovich en surf, y tuvieron que pasar 18 años para que emergiera por todo lo alto su sucesora, Kimberly García, quien obtuvo el doble campeonato mundial en marcha atlética de 20 y 35 kilómetros el año pasado.
Los campeonatos mundiales no brotan como las flores en el país. Ayer Kimberly ganó su primer oro Panamericano en marcha 20k en Santiago. Con un arranque fulgurante que descolocó a la peligrosa mexicana Alegna Gonzales, quinto puesto en la Olimpiada de Tokio, y a la brava ecuatoriana campeona mundial juvenil Glenda Morejón. Ganó la marcha con autoridad. Va cumpliendo sus objetivos, cuya culminación será la lucha por la medalla dorada en París. Kimberly es un ejemplo de una joven de Huancayo que luchó infatigablemente por cumplir sus sueños, en sus inicios con solo el apoyo de sus padres.
‘Al principio solamente tenía el apoyo de mis padres. Ellos me daban todas las facilidades. Solo me dedicaba a estudiar y entrenar’, contó. Nuestra doble campeona se dedica a la marcha, aunque no lo crean, desde que tenía cinco añitos, al ver entrenar a su prima 10 años mayor. A los diez ganó su primera medalla de oro en un campeonato regional donde participaban chicas de hasta trece años.
‘Mi padre hizo un gran esfuerzo para comprarme las zapatillas que costaban 600 soles’. Pero lo fundamental fueron sus entrenamientos, cerca de diez horas al día en horarios partidos. Tuvo que abandonar la carrera de odontología porque no podía estudiar y entrenar. Ahora estudia administración a distancia.
En el 2010 fue campeona sudamericana en Cochabamba en marcha de 20 kilómetros, a los 19 oro en la Copa Panamericana de Marcha Atlética en Guatemala. Luego tuvo un primer momento cumbre: su medalla de plata en el Panamericano de Lima 2019. Allí estuvo este columnista haciéndole barra en el parque Kennedy, como cientos de peruanos tempranito y con frío. ¡Vamos Kimberly! Lo más curioso es que ella pensaba retirarse luego de las Olimpidas de Tokio 2020. Pero en esa cita olímpica tuvo que abandonar la competición.
Esa frustración hizo que volviera a entrenar con mayor esfuerzo. Comenzó a participar en campeonatos donde acudía la élite mundial. Fue sétima en el Campeonato Mundial de Marcha Individual y por Equipos en China. Tercera en el Mundial de Marcha de Omán. Siempre con las marchistas chinas como principales rivales. Esos logros la fortalecieron mentalmente y lo vimos en las dos pruebas del Mundial de Eugene, donde ganó dos oros. Ella debe ser un ejemplo para la mujer peruana luchadora.
Se privilegia sacar a la luz en televisión escándalos de una mujer que se precia de ponerle un monto a las caricias que prodiga a su amante casado. ¿Qué clase de ejemplos son esos? Hay un puñado de damas que se hacen llamar ‘las embajadoras’, que es un misterio cómo se las arreglan para viajar a los lugares más paradisíacos del mundo con sus ‘sugar daddies’. Se incentiva el arribismo y la falta de escrúpulos.
Me parece estar escuchando el inolvidable tema de Ruben Blades, ‘Plastico’. Las jóvenes se sexualizan mostrando hasta el alma por un ‘like’ en el TikTok, lo más importante para millones parece ser mover el trasero. Qué podemos esperar si hasta las sinvergüenzas congresistas ‘mochasueldos’ y el ‘lagarto’ Vizcarra idiotizan al pueblo en sus redes. Felizmente están Kimberly, Evelyn Inga, Gladys Tejeda, el ciclista Hugo Ruiz y Christian Pacheco, quienes representan a esa pléyade de mujeres y hombres que luchan por intermedio del deporte por sus ideales de ‘mente sana en cuerpo sano’. ¡Arriba Perú! Apago el televisor.
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