'El Búho' recuerda la película 'ARGO'.
'El Búho' recuerda la película 'ARGO'.

Este Búho está convencido de que el poderoso ataque de Estados Unidos contra bases nucleares de Irán traerá consecuencias en el futuro. Pese a que Irán, según medios internacionales, acaba de aceptar el alto al fuego, la palabra venganza se escuchó en todo el territorio que lidera el ayatolá Alí Jamenei. “Estados Unidos ha violado el sagrado suelo de Irán… La primera potencia mundial enfrentará graves y lamentables consecuencias, mediante operaciones poderosas y selectivas. Señor Trump, puede que usted empiece esta guerra, pero nosotros seremos quienes la terminaremos”. Ya algunos se atreven a especular que Hezbolá, la milicia chiita iraquí, será la que tomará acción, lo que ha causado pánico entre miles de ciudadanos norteameriacanos que aún tienen vivo el recuerdo del 11 de setiembre. Precisamente, hace unos días volví a ver una película que tiene mucho que ver con este conflicto bélico. Esa cinta no es otra que ‘Argo’, con la dirección de un actor de Hollywood, Ben Affleck, que ganó el Óscar a la mejor película del 2012. El argumento del filme trata sobre un hecho que cambió la historia de la paz mundial y de las relaciones entre Oriente y Occidente: La caída del sha de Irán en 1979 y el advenimiento de un régimen fundamentalista radicalmente antioccidental del ayatolá Ruhollah Jomeini. El sha huyó en un avión que estaba tan cargado de lingotes de oro que tuvo dificultades para despegar por el peso.

Su destino lógico fue Estados Unidos, potencia que lo colocó en el poder y lo apoyó. En ese contexto, en noviembre de 1979, un grupo de radicales estudiantes musulmanes tomó la embajada norteamericana en Teherán, exigiendo que los Estados Unidos entreguen al sha para que sea juzgado y sentenciado a la horca. Jimmy Carter, el presidente norteamericano, se negó, argumentando que el exmonarca tenía cáncer terminal y estaba muriendo. Los iraníes frenéticos invadieron la sede diplomática y tomaron como rehenes a 52 personas, pero seis de ellas, en la confusión, lograron escapar y refugiarse en la residencia del embajador de Canadá. Los fundamentalistas al final descubrieron que faltaban seis personas y las buscaban para asesinarlas, sin importarles irrumpir en la residencia de cualquier embajador que les diera asilo. En el Departamento de Estado se discutieron las estrategias para sacarlos del país. Se impuso la más delirante, la del agente de la CIA Antonio ‘Tony’ Méndez (Ben Affleck): él llegaría a Teherán bajo la figura de un productor de cine que va a filmar una película de ciencia ficción, tipo ‘La guerra de las galaxias’, en escenarios exóticos de Teherán. Pero para lograrlo deberá armar un largometraje real, con un célebre productor ejecutivo, Lester Siegel (grande Alan Arkin en el papel), y un famoso maquillador de Hollywood, ganador del Óscar por ‘El planeta de los simios’ (1968), John Chambers (interpretado notablemente por John Goodman). Estos tres montarán una farsa en Hollywood que pone el toque humorístico que se contrapone a la angustia y el derrumbamiento moral y físico de los fugitivos en el ambiente claustrofóbico de la residencia del embajador. Méndez ve su trabajo frustrado por la falta de colaboración de algunos de ellos para los roles de ‘su equipo de producción’. Si bien uno sabe cómo acaba la cosa, no deja de estremecerse ante los tensos pasos que terminarán en lo que puede ser su salida hacia la vida o la muerte: el aeropuerto de Teherán. Al final logran escapar con las justas hacia la libertad. A buscarla por el streaming. Apago el televisor.

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