Este Búho asiste realmente asqueado a los nauseabundos audios de la ‘repartija’. Pero en esta historia nacional de la infamia hay un personaje protagónico. Ese es el ahora vocal supremo, el ‘vacacionado’, el hombre de ‘La señora K’, el mismo que preguntó si le bajaba la pena o dejaba libre al violador de una niña: César Hinostroza Pariachi.
¿En qué se diferencia ‘Caracol’, que mandaba a matar, traficaba drogas y sobornaba, de algunos de estos jueces que, según la Fiscalía y el Grupo Constelación, liberaban sicarios, narcotraficantes y corrompían las instituciones para colocar en cargos claves a sus ‘amigos’? Casi en nada. Repasemos esta indignante historia de cómo se hace millonario un juez, según la fiscal Rocío Sánchez, ‘casado con la mafia’.
Al parecer, según un informe del semanario de Hildebrandt, al otrora sencillo magistrado natural de Jauja y que no destacaba por su vuelo académico, mas sí por su viveza, astucia y, sobre todo, ambición, tal y como lo recuerdan condiscípulos suyos, ‘se le presentó la Virgen, o mejor dicho Satanás’, al caer en la Corte Superior del Callao, donde trabajó diez lucrativos años, encaramado en las más altas instancias, allí donde caían las bandas que facturaban millones de dólares por la exportación de cocaína en contenedores preñados y otros delitos de sangre. Y donde ¡oh, sorpresa!, estos hampones capturados por la policía eran liberados en fallos de escándalo por jueces y hasta fiscales permisivos. Por el año 2003, Hinostroza se cansó de su departamento con dos cocheras de Surco y se compró ¡una casa en Southwest Terrace, en Miami, a 180 mil dólares, en aquel entonces.
Pero por increíble que parezca, el Callao le dio tanta ‘suerte’ que mientras ‘Caracol’ y ‘Barrio King’ actuaban con total impunidad y sus esbirros salían de la cárcel por escandaloso fallos, dos años después, en el 2005, la esposa de Hinostroza, una ama de casa, ¡compró una tremenda casa de playa en Miami Beach por 323 mil 750 dólares! Mientras sus colegas honrados del mismo rango y sueldo de la Corte del Callao vivían en Bellavista, La Punta o San José, este tremendo suertudo tenía una casa en Surco y dos en Miami. ‘¿Y cómo lo hace?’, se preguntaban todos.
Lógicamente, la fiscal Gladys Echaíz lo denunció por enriquecimiento ilícito, pues su voluminoso patrimonio ya era escandaloso. Pero, muy astuto, interpuso un ‘habeas corpus’. Una amiga, jueza provisional, acogió el pedido y el fiscal supremo refrendó ese controvertido fallo. Tenía buenos amigotes ‘arriba’. Para sorpresa de sus colegas, en el 2016 su esposa, la ama de casa, compró bajo régimen de separación de bienes, una residencia de dos plantas en San Borja, en 491 mil dólares ¡y los pagó al contado! Cuando la Oficina de Control de la Magistratura (Ocma) lo investigó, se defendió diciendo que ‘no sabía de la compra de la segunda casa de Miami, porque estábamos separados’. Pero la Fiscalía presentó registros migratorios durante esa supuesta ‘separación’, en los que se constataba que el juez, su esposa y su familia hicieron varios viajes de placer por distintas partes del mundo. Como se aprecia en la investigación de la revista ‘Hildebrandt en sus trece’, la Ocma presidida en ese entonces por el fiscal supremo Enrique Mendoza, quien después fue presidente del Poder Judicial, ‘limpió a Hinostroza’.
No creo que ahora alguien pueda limpiar las toneladas de inmundicia que se le han descubierto en sus audios de la ‘repartija’. La ciudadanía debe tener en cuenta que la mayoría fujimorista, con Luis Galarreta a la cabeza y secundada por el aprista Mauricio Mulder y Richard Acuña, están avalando investigar a los periodistas que han revelado las denuncias, pero no la podredumbre que está saliendo a flote. Apago el televisor.
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