China registró el martes 5.280 casos de COVID-19 en las últimas 24 horas, lo que supone la cifra más elevada desde la primera ola de la pandemia a principios de 2020, según datos de la Comisión Nacional de Salud.
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Mediante draconianas restricciones, el país consiguió contener las infecciones después de la primera ola nacida a finales de 2019 en la ciudad de Wuhan, pero enfrentó recientemente múltiples brotes vinculados a la llegada de la variante ómicron.
El martes es el sexto día consecutivo en que el balance de casos diarios supera el millar de contagios.
Desde hace unos días, decenas de millones de habitantes del país más poblado del mundo se encuentran confinadas en once ciudades, incluida la metrópolis tecnológica de Shenzhen (sur), con 17 millones de habitantes, situada a las puertas de Hong Kong.
Estas medidas provocaron el cierre de numerosas fábricas en la ciudad, entre ellas la del gigante taiwanés Foxconn, el principal suministrador de Apple.
Las acciones en la bolsa de Hong Kong caían más de un 3% después de haberse hundido más de un 5% en la víspera.
Además, decenas de vuelos internos desde los aeropuertos de Pekín y Shanghái fueron cancelados, según datos de control del tráfico aéreo.
Las cifras del martes se explican en gran parte por el balance en la provincia de Jilin (noreste), en la frontera con Corea del Norte, donde se detectaron más de 3.000 infecciones.
Aunque son cifras modestas en comparación con los balances registrados en otros lugares del mundo, son elevadas en China que había reducido a mínimos los contagios desde mediados de 2020.
En total, el país registró alrededor de 120.000 casos de COVID-19 y 4.636 muertes. La última víctima mortal de la enfermedad se remonta oficialmente a principios de 2021.
Fuente: AFP
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