Para Jennifer Weis no fue difícil llegar a entablar una relación de amistad con un prisionero. Su consigna era la siguiente: llegar a desenmascarar al sujeto que decapitó a su madre y acabó con la vida de al menos otras 100 mujeres entre 1967 y 1980 en los Estados Unidos. Richard Cottingham, el ‘asesino del torso’, fue condenado en abril de este año tras confesar que cometía sus delitos cada dos semanas.
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Tal como destaca Infobae, Weis perdió a su madre Deedeh Goodarzi, una bióloga estadounidense, en 1979. Desde ese momento sabía que no descansaría hasta hallar al culpable. Fue así como en el 2017, año de su primer encuentro, logró descubrir los múltiples crímenes de su ‘amigo’ Cottingham. Ella decidió visitar al sujeto que actualmente tiene 75 años en la prisión.
“Empecé a escribirle a Richard y pedirle que me pusiera en su lista de invitados (de la prisión). Lo hice alegre y le hice muy cómodo decir ‘sí”, comentó la mujer durante una entrevista con NewJersey.com. “(Richard) sabía lo que quería y lo dejé muy claro (…) les doy mi amistad para conocer los detalles de los crímenes”, continuó.
Por muchos años, las autoridades intentaban descubrir quién era el responsable de esos asesinatos cometidos en masa en New Jersey. Cottingham era uno de los sospechosos, pero nunca confesó hasta el encuentro que tuvo con Weis.
“Una vez que comencé a averiguar detalles sobre el crimen de mi madre, fue cuando abrió la puerta para hablar sobre las otras mujeres que asesinó. Creo que tenemos hasta 75 casos sin resolver”, confesó la mujer luego de sus primeros encuentros con el criminal.
Según detalla el Daily Mail, Cottingham afirmó que cometía sus asesinatos cada dos semanas y lo hizo durante 13 años. “Fue un tipo de cosas constante”, señaló, para continuar diciendo que “violaba por debajo del radar, nadie lo sabía”.
En abril de 2021, el ‘asesino del torso’ confesó que dentro de sus víctimas también se encontraban adolescentes menores de 18 años. Un caso por el que fue condenado sucedió en 1974 cuando terminó con la vida de Lorraine Marie Kelly (16) y Mary Ann Pryor (17). Cottingham confesó haberlas atado, violado para terminar ahogándolas en una bañera.
“La magnitud de lo que hizo es insondable, pero me hice amiga de Richard por el bien de mi madre y por mi búsqueda (…) Estoy haciendo estos por las madres que perdieron a sus hijas y a mi propia madre. Y para estas chicas que sus vidas terminaron una noche o un día por Richard jugando a ser Dios. No estaré tranquila hasta que averigüemos quiénes eran. Por eso hago lo que hago”, declaró Jennifer a NewJersey.com en el 2017.
Goodarzi, fue decapitada por Cottingham en 1979, incluso el sujeto le cortó las manos. Las autoridades solo pudieron encontrar el cuerpo de la mujer, su cráneo nunca fue hallado.
La historia de los crímenes del ‘Asesino del torso’ llegó a la televisión mediante un documental de ciencia ficción del canal por Streaming Netflix. ‘The Times Square Killer’ revela el caso Richard Cottingham. La serie también destaca el encuentro que tuvo el criminal con la hija de una de sus víctimas, quien fingió tener una amistad para descubrir otros asesinatos.