Si bien las vacaciones de verano son sinónimo de relajo para los hijos, también es la oportunidad perfecta que tienen los padres para delegarles algunos quehaceres de la casa y así fomentar en ellos valores como la colaboración, responsabilidad y, sobre todo, autonomía. Es decir, que puedan valerse por sí mismos.
La psicóloga Janet Oliveros menciona que a diferencia de lo que se piensa, no hay que esperar a que los hijos sean adolescentes para pedirles ayuda. Estas pequeñas ocupaciones deben ser impuestas desde muy chicos.
EDADES
De 3 a 5 años. Son capaces de colocar sus juguetes en un baúl.
De 6 a 8 años. Ya pueden tender su cama, barrer y ordenar sus zapatos.
De 8 a 10 años. Están aptos para poner la mesa, guardar los platos y almacenar las compras.
De 10 a 12 años. Pueden empezar a lavar sus prendas íntimas y utilizar algunos electrodomésticos.
El hijo no solo debe realizar estas actividades cada cierto tiempo, los padres deben asignarle algunas obligaciones diarias. De esa manera, se le crea una rutina que mantendrá con los años.