En el cine vemos que muchas parejas de ficción logran resolver sus problemas después de apasionados encuentros sexuales. De pronto desaparecen enojos, discusiones, maltratos... y todo es felicidad. ¿Es así en la vida real?
“El sexo da una sensación de seguridad y de apego, entonces cuando hay inseguridad, amenaza o conflicto, es probable que muchas parejas lo utilicen después de una pelea para encontrar un espacio donde volver a conectarse con el otro”, explica la psicóloga experta en terapia de parejas Pamela Larraín.
Sin embargo, advierte que el sexo puede ser un canal de comunicación para solucionar los problemas, pero el acto en sí no solucionará el origen de los conflictos. “Todo dependerá de cada pareja. A algunas les pasa que luego de pelear se encuentran sexualmente y en el post pueden conversar con calma, analizar el problema y resolver. Otras no se dan ese espacio ni antes ni después, y para ellas puede que el sexo no sea la mejor forma de solucionar los inconvenientes”, agrega.
Si el encuentro sexual tiene que ver con la búsqueda de aliviar angustias, de disminuir ansiedad, evitar conflictos o llenar vacíos, claramente algo no está bien y es tiempo de analizar la relación para no generar dependencia.
LO MÁS SANO
Aunque no es una fórmula infalible, lo más sano es atender los problemas antes de tener relaciones. Abordarlos con tranquilidad, analizarlos y llegar a acuerdos y compromisos para solucionarlos. Recuerden que los encuentros íntimos deben disfrutarse sin presiones y sin la carga pesada de los conflictos.