No solo los niños en el Perú padecen de desnutrición, hay un considerable porcentaje de adultos mayores que se ven afectados por una mala alimentación y a consecuencia de ello presentan un severo enflaquecimiento, que, junto con alguna enfermedad degenerativa, los puede llevar a una muerte inminente, si no se tiene el cuidado adecuado, indicó la nutricionista y especialista en adultos mayores del Portal Salud en Casa, Ximena Chávez Alonso.
“El adulto mayor es una persona en riesgo de desnutrición debido a una serie de cambios fisiológicos propios de esta etapa que son una alteración de los órganos sensoriales como disminución del olfato, disminución del gusto, disminución de la salivación, alteración de la deglución, alteración de la masticación por la falta de piezas dentarias, alteración de la motilidad gastrointestinal; todo ello hace que este disminuido el apetito o disminuya las porciones de los alimentos y la absorción de los nutrientes”, indicó en el marco del Día del Adulto Mayor (26 de agosto).
Según la nutricionista, también hay una deficiencia prolongada de vitamina D que está asociada con reducción del tejido y debilidad muscular, y si a todo ello le sumamos alguna enfermedad degenerativa o crónica que pueda presentar y la falta de afecto, rechazo social y dependencia física y/o inactividad física se genera una persona con alto riesgo a la desnutrición y con ello repercutiendo sobre su salud y calidad de vida.
Para Chávez el principal signo de alerta es: pérdida de peso y de tejido muscular y graso. “Entre otras evidencias tenemos las uñas con estrías transversales por déficit de proteínas, edema en piernas, pelo quebradizo por el déficit de proteínas y ácidos grasos, labios con fisuras y con queilosis por déficit de vitamina B2, lengua con glositis por déficit de vitaminas del complejo B, ojos con la conjuntiva enrojecidos, piel con sequedad o descamación y despigmentación, palidez por presencia de anemia”, agregó.
Come alimentos que le entregan muchos nutrientes sin demasiadas calorías extra, como: frutas y vegetales (elija diferentes tipos con colores vivos); granos integrales (avena, pan integral y arroz integral); leche descremada o leche de soya fortificada con vitamina D y calcio; pescados, carnes magras, aves y huevos, etc.).
Evita las calorías vacías o huecas. Estas son alimentos que tienen muchas calorías pero pocos nutrientes, como papas fritas, dulces, productos horneados, bebidas azucaradas y alcohol.
Opta por alimentos bajos en colesterol y grasas: Especialmente evitar los que contienen grasas saturadas y trans. Las saturadas son grasas de origen animal, mientras que las trans son grasas procesadas en margarina y grasa alimentaria.
Toma suficientes líquidos. Algunas personas pierden la capacidad de sentir sed a medida que envejecen. Además, ciertos medicamentos pueden aumentar la importancia de beber suficientes líquidos
Haz ejercicios: Si has comenzado a perder el apetito, la actividad física puede ayudarle a sentir hambre.
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