El perfume es un reflejo de la personalidad, su elección debe responder al gusto y carácter personales, nunca a la moda.
Sin embargo, es fundamental usar una determinada fragancia según el momento del día.
Por ejemplo, los aromas más refrescantes y alegres son los que mejor se adaptan a una actividad dinámica o urbana.
Son aquellos perfumes que en su composición incluyen extractos de frutas, flores de agua y hojas verdes que armonizan con el ritmo diario de estudio y trabajo.
Expertos perfumistas aconsejan para horas del día las aguas de colonia. Estas fragancias son las que mejor se adaptan a aquellas personas que tienen una actividad diaria intensa.
Transmiten dinamismo y alegría, y resultan estimulantes.
Por la noche se suelen utilizar fragancias más sexis e intensas, y con más fuerza y permanencia.
Algunas esencias naturales poseen propiedades afrodisíacas, como el extracto de sándalo, el ylang-ylang, la gardenia, las rosas, el patchuli y el jazmín. También son potentes el ámbar, el almizcle, el tabaco y la canela.
Otras pueden revitalizar un estado físico agotado, como la mezcla a base de sándalo, lavanda y limón.
Los perfumes fuertes o profundos necesitan prudencia en su aplicación, de manera que no se aplicarán más de dos o tres vaporizaciones sobre la piel. Una aplicación más resultaría excesiva.
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