
El niño politraumatizado presenta lesiones graves en algún órgano u órganos que ponen en riesgo su vida. En la emergencia del Hospital del Niño de Breña se encontró que el 71% de traumatismos era por caídas, el 19%, por accidentes de tránsito, y el 10% por otras causas.
La morbimortalidad por trauma sobrepasa a toda enfermedad grave y es un problema de salud pública muy serio.
Los niños pueden tener contusión en la cabeza, denominándose traumatismos encefalocraneanos, que producen sangrados, también llamados hemorragia subdural, epidural o intracerebral, y se debe actuar inmediatamente.
Estos casos terminan, mayormente, en sala de operaciones. Otro órgano comprometido, frecuentemente, es el músculo-esquelético, produciéndose fracturas en piernas o brazos, y desgarros musculares a consecuencia del accidente.

Cuando hay algún golpe fuerte en el tórax, puede suceder un hemotórax o neumotórax (presencia de sangrado o de aire dentro del tórax). En todos estos casos hay que acudir a la emergencia más cercana.