
Hablar de amor significa entregarlo todo y jugártela. Al fin y al cabo, el que no arriesga no gana, porque a medias tintas nada funciona. Sin embargo, ¿hasta qué punto debes dejarlo todo en la cancha?, ¿cuál es el límite entre luchar por la relación y arrastrarse por amor?
“Ninguna persona debe rogar por amor ni mucho menos aceptar migajas. En una relación el compromiso es mutuo. Si sientes que estás entregando mucho y recibiendo poco, quizás es momento de replantearte tu posición en la pareja. Ninguna relación sana hará que te humilles”, explica el psicólogo Ítalo Arrúe.
El experto enumera cinco conductas que evidenciarían estar rogando por amor:
Este tipo de conducta hace que a la larga generes dependencia emocional con tu pareja. Lo que puede terminar en un círculo vicioso de violencia psicológica y hasta física.
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