Después de una infidelidad, el primer paso debería ser asumir la culpa y pedir perdón. Pero muchas veces no es así y el infiel se ampara en excusas como ‘ella se metió sabiendo que estaba casado’ y ‘ella me seducía’, poniéndose en el papel de víctima. Lo que nos hace preguntarnos: ¿Por qué la mayoría de los infieles culpan a la amante de su traición?
El psicólogo Ítalo Arrúe nos da cuatro posibles explicaciones de esta conducta:
Es más fácil decir ‘ella me sedujo’, ‘ella insistía sabiendo que estaba contigo’ o ‘ella se metió’ que aceptar que tomaron una decisión en plena consciencia de sus actos.
Algunos buscan justificarse ante su pareja, sus amigos o incluso ante sí mismos. Se pintan como los ‘confundidos’, ‘manipulados’ y ‘hombres buenos que cayeron en la tentación’.
No saben (o no quieren) enfrentar las consecuencias de sus actos. En vez de madurar y decir ‘me equivoqué‘, prefieren culpar a otros. Es una señal clara de que no están listos para relaciones sanas.
Tristemente, aún persiste la idea de que ‘el hombre solo responde a sus impulsos’ y que la mujer tiene la culpa si algo sucede. A la amante se la ve como la ‘rompehogares’, mientras él queda como ‘la víctima’.
DATITO
La falta de culpa en una infidelidad, o justificarla, indica que no existe arrepentimiento verdadero, es decir, puede volver a traicionar porque no es consciente del error que ha cometido.
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