Nelly Choquehuanca vivió experencias muy duras desde muy pequeña. Sufrió de poliomelitis y su padre la abandonó en la Clínica San Juan de Dios, donde recibió atención y el amor que sus progenitores le negaron.
Cuando Nelly Choquehuanca estuvo a punto de ser adoptada por una buena familia, el papá apareció y el proceso, por obvias razones fue suspendido. No podemos saber cuál pudo haber sido el futuro de esa niña, pero lo que sí sabemos es que Nelly no se rindió.
Nelly Choquehuanca fue elegida niña símbolo de la Teletón en 1982 y hoy, con 44 años y en su silla de ruedas, es el sustento de sus dos hijos. La encontramos veniendo jugo de naranja en un puesto en la cuadra 8 del jirón Montevideo, en el Centro de Lima.
¿Usted nació con poliomielitis?
No, nací físicamente bien. A los 3 años me dio esa enfermedad.
¿Es verdad que fue niña símbolo de una Teletón?
Sí, en la Teletón de 1982.
¿Qué sintió cuando la eligieron?
Yo no iba a ser la niña símbolo. Lo que pasó fue que la chica elegida se enfermó, hicieron otro casting y me escogieron.
¿Fue una gran experiencia?
Nunca la olvidaré. Siento que Dios hizo que sea niña símbolo para ayudar a mis hermanos con discapacidad.
¿Y cómo llegó a la clínica?
Nosotros somos de Puno, unos amigos de mi papá le comentaron que había una clínica en Lima donde podían rehabilitarme. Me internó y me dejó. No lo volví a ver hasta que cumplí 7 años, cuando una familia quería adoptarme. Como él llegó, el proceso de adopción se canceló.
¿Él se quedó a su lado?
No, otra vez me abandonó.
Entonces, ¿no lo volvió a ver?
La asistenta logró ubicar a mi familia en Puno y a los 17 años me llevaron para allá. A los 3 meses me escapé y regresé a Lima porque en esa casa había mucha violencia. Aquí dormía en los parques y comía lo que encontraba en la calle.
¿Cuánto tiempo estuvo así?
Un mes. Luego hice amigas y ellas a veces me brindaban un techo. Postulé a un trabajo y lo conseguí.
¿Tiene hijos?
Dos, mi hijo varón tiene 20 años y mi pequeña Berenice 7. Son mis tesoros.
Imagino que no fue fácil trabajar embarazada…
Sufrí mucho, tanto física como psicológicamente, porque algunas de mis compañeras me presionaban para que les regale a mi hijo. Decían que, en mi condición, no podría criarlo. No les hacía caso.
¿Cuenta con el apoyo de una pareja?
No, yo soy padre y madre de mis hijos. Con mucho esfuerzo los estoy sacando adelante.
¿Cuándo puso su módulo de jugo de naranja?
Hace más o menos 9 años. Una amiga con discapacidad vendía dulces en la calle y yo la ayudaba. Eso me animó a independizarme.
¿No tuvo problemas?
Un montón. Al inicio no sabía que tenía que sacar permiso. Intentaban botarme, pero yo luchaba y pedía tiempo para ponerme en regla. Como se enteraron de que fui niña símbolo en la Teletón ya no me molestaban, tenían miedo que llamara a la prensa (risas).
¿Ahora tiene una ayudante?
Sí, Felícita es mi socia en este negocio.
Antes usaba muletas, ¿por qué ahora está en silla de ruedas?
Por la necesidad de trasladarme con mayor rapidez. Además, ya siento el peso del cuerpo. Sin embargo, jamás me rindo.
Me dice que necesita un ingreso más…
Yo le pido a una empresa o institución que me ayude con una mototaxi para sacar un dinerito extra.