Son muchas las causas por las que, pero mientras unos aprenden a manejar las situaciones que los enfrentan, otros no se dan tregua, se mantienen enemistados, no se hablan o se enfrascan en discusiones interminables. Un caso público fue la pelea entre las hermanas y , quienes han protagonizado una serie de impases y, por lo general, terminaban amistándose. Sin embargo, en esta ocasión no ha pasado eso y, por el contrario, se han alejado más.

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¿Por qué pasa esto? El psicólogo y psicoterapeuta Walter Hinojosa explica que la rivalidad entre hermanos suele tener su origen en la preferencia o favoritismo que muestran los progenitores por uno de los hijos, a veces sin darse cuenta.

“Esta desigualdad en el afecto y el trato suele dejar secuelas y problemas en la relación de hermanos, que incluso puede arrastrarse hasta la adolescencia. El rencor puede surgir también en la etapa adulta si alguno de ellos le causa un daño grave al otro. En este último caso es más difícil reconstruir la relación, pero no imposible”, precisó el especialista.

Los padres deben procurar dar un trato igualitario a sus hijos. Puede ser difícil, pero esta simple acción evitará celos, resentimientos, sensación de soledad y reclamos de atención.

“Hay que reconocer las habilidades de cada hijo y evitar las comparaciones porque al final solo les estaremos haciendo daño a lo que más queremos en la vida”, advirtió Hinojosa.

Busca ayuda profesional

Si le tienes rencor a tu hermano y eres adulto, trata de dejar eso en el pasado y mejor ve la manera, tal vez con ayuda psicológica, de sanar esa herida y reconstruir el vínculo fraternal con él. Pero la idea es que ambos acudan a terapia, por separado, para que puedan tener más claro el panorama. Pónganse la mano el pecho y tomen una decisión, no pueden seguir viviendo así. Si tú has decidido buscar ayuda profesional y tu hermano no, aléjate de esa persona porque a la larga solo generará malestar en tu vida.

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