¿Has notado que la pancita de tu engreído de cuatro patas suena o hace ruidos extraños? Las causas son variadas. Según el veterinario de Alerta Vet, Erik Valdivia, puede deberse a: una mala alimentación, parásitos, ingesta de cuerpos extraños, problemas intestinales o hambre.
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“Si el animalito tiene con frecuencia estos sonidos o son permanentes, y se suman síntomas como: vómitos, diarreas, inapetencia, decaimiento y encorvamiento, entonces deben llevarlo rápidamente al veterinario para que lo evalúe y encuentre la razón del malestar”, recomienda el especialista.
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Si es la primera vez que le suena la panza a tu mascota, puedes hacer una pausa en su alimentación, pues le pudo haber caído mal algún alimento o tal vez comió algo que no debía. En este caso, dale dieta blanda por un día, puede ser pollo o pavita sancochada. Esto ayudará a regularizar su digestión y reducir espasmos y gases.
Estos sonidos -indica el veterinario- también pueden aparecer cuando el pH del estómago del perrito deja de ser ácido y se vuelve alcalino debido al consumo de carbohidratos y harinas. Para evitarlo es importante revisar bien cuáles son los ingredientes que tiene la comida balanceada que le compras a tu animalito.
Respeta las porciones y el horario de alimentación de tu mascota. Además, es aconsejable que sea desparasitada cada cierto tiempo como forma de prevención.
Es recomendable que la mascota se quede con la persona que la atiende más, con la cual ha creado un lazo afectivo más sólido. Además, se tiene que ver el ambiente donde estará a partir de ahora.
Cuando una pareja se divorcia o separa y tienen una mascota surge una interrogante: ¿Con quién se queda el ‘perrihijo’ o ‘gatihijo’? En nuestro país no existe una ley que regule este tipo de situaciones, por eso la decisión que se tome debe ser dialogada entre ambas partes, pensando siempre en lo que más le conviene al engreído de cuatro patas.
“Es recomendable que la mascota se quede con la persona que la atiende más, con la cual ha creado un lazo afectivo más sólido. Además, se tiene que ver el ambiente donde estará porque este cambio alterará el comportamiento del animalito, generándole episodios de agresividad, cuadros de estrés y falta de apetito”, señala el veterinario de Gábrica, Andrés Díaz.
Para muchos puede ser un tema intrascendente ver con quién se queda la mascota, pero no es así. Ellos son parte de la familia y merecen ser tratados como tales. Por eso, ambos dueños deben conversar sobre cómo será a partir de ahora la tenencia, a fin de que el bienestar del animalito no se vea perjudicado. Hablar sobre los paseos, las consultas médicas y el costo de la alimentación, entre otros temas.
Es normal que, al inicio, el perro o gato esté triste porque siente que su familia no está junta, pero no se preocupen tanto por eso. Los animalitos se adaptan rápidamente a los cambios; sin embargo, siempre es importante darles apoyo.
Evita separar a las mascotas cuando son dos o más de la misma especie. Esto podría ser el disparador de un cuadro depresivo o de ansiedad para los animales.
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