Las emociones y el dolor físico están casi directamente relacionados hasta el punto de que muchos de nosotros los hemos experimentado. Por ello, el buen funcionamiento en conjunto (cuerpo, mente, espíritu y psiquis que interactúan entre sí) hacen que la persona viva y se mantenga en equilibrio.
Ante la interrogante si las emociones pueden causar molestias físicas, la respuesta es sí e, incluso, existen problemas emocionales que pueden desencadenar estados graves a la salud integral.
María Elena Escuza, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Norbert Wiener, señala que nuestras emociones se expresan a través del cuerpo y si por alguna circunstancia se pierde la tranquilidad de la salud mental, las demás áreas del cuerpo podrían reaccionar de distintas maneras porque todo está interrelacionado y las emociones liberan sustancias que generan sensaciones físicas en cada uno de nosotros.
“Lo recomendable al presentar una dolencia en el cuerpo es asistir al doctor para que sea el especialista quien descarte alteraciones y así, una vez determinado el diagnóstico, se evalúe el derivar al paciente al área de psicología si el caso así lo requiriera”, expresa.
Los malestares pueden surgir debido a la tensión de los músculos de los hombros, cuello y mandíbula. Esto puede darse por el estrés, ansiedad y la sensación de que los días te pasan sin notarlo a raíz de un estilo de vida acelerado. La angustia profunda y el miedo pueden llevar incluso a causar náuseas y mareos.
Después de dormir durante toda noche y al despertar sientes esa zona del cuerpo muy tensa o, en algunas ocasiones, ante una situación en específico te sorprendes apretando muchísimo la quijada, todas acciones pueden estar siendo causadas por miedo o por una ira reprimida. Bloquear la boca es un mecanismo de contención, de guardarse algo o callar tu voz. Asimismo, esto puede darse por exceso de estrés.
En ocasiones ese dolor en el cuello es a causa del nudo en la garganta que se manifiesta por la sensación de estar mucho tiempo callando algo que se quiere expresar y no se dice, por ello, la raíz de ese dolor o molestia surge debido a las emociones bloqueadas y no expresadas.
La sensación de vacío o la ligera presión en el pecho puede estar dándose a causa de un dolor de origen emocional que puede estar relacionado con tristeza acumulada, así como con una etapa de duelo y ansiedad.
Dentro del estómago está un músculo llamado diafragma donde se acumulan las emociones con frecuencia. La tensión en exceso puede ser por estrés, ansiedad, indignación o miedos. Si tenemos tensión, tendemos a respirar más superficialmente, por lo que el músculo del estómago (diafragma) no fluye y se siente una opresión anormal que genera exceso de gases, estreñimiento, diarrea y dolor abdominal.
Para evitar llegar a sentir estas molestias, es fundamental armonizar y manejar con cuidado nuestras emociones y la salud mental con nuestro cuerpo. Es importante considerar realizar prácticas como el Mindfulness (focalización de la atención en el momento presente), Yoga, deportes aeróbicos, caminatas, entre otros.
Lo principal es que cada uno encuentre la mejor forma de relajarse, según sus preferencias y hábitos, también es importante considerar escuchar música, bailar, leer un buen libro, viajar y escribir en una agenda todo lo que nos molesta y mejorar con buenas prácticas.
Por ello, para neutralizar posibles dolores, se recomienda adoptar una posición fetal al dormir, utilizar una almohada para apoyar la cabeza y otra en frente para colocar el brazo. Además, si se coloca una pequeña almohada entre las rodillas, se evitarán los dolores lumbares.
Contenido GEC