El glaucoma es considerado como el “ladrón silencioso de la visión” por ser una patología que no presenta síntomas hasta en etapas avanzadas. Afecta al nervio óptico y al inicio es imperceptible pero mientras más avanza genera daño en el campo visual periférico (los costados de la visión) del paciente, que en algunos casos se percibe cuando la persona se golpea o tropieza con frecuencia, y luego presenta una ceguera progresiva e irreversible.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado al glaucoma como la primera causa de ceguera irreversible en el mundo. A su vez, según la Evaluación Rápida de Ceguera Evitable (ERCE), en el Perú, esta enfermedad es la segunda causa de ceguera, teniendo un 13,7% de prevalencia frente a los demás males oculares. Para el Dr. Santiago Encinas, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión, el principal factor de riesgo para desarrollar glaucoma es el incremento de la presión intraocular, que es modificable si se detecta a tiempo.
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Los mayores de 40 años son los que presentan más riesgo de aparición de glaucoma. Otros factores son las enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la diabetes. Además, están las personas que tienen familiares con glaucoma, la raza afrodescendiente y latina, la miopía o hipermetropía, el consumo prolongado de corticoesteroides y antecedentes de traumatismos oculares o cirugías oftalmológicas complicadas.
Impacto del COVID-19 en pacientes con glaucoma
La propagación del COVID-19 a nivel mundial ha afectado a todas las enfermedades que requieren atención continua por ser crónicas, entre ellas, el glaucoma. El inicio de la pandemia generó que se deje de controlar la presión intraocular con la misma frecuencia que antes y no se ha podido advertir a muchos pacientes los avances de la afección. A su vez, se ha visto que más personas han abandonado su tratamiento por largos periodos de tiempo.
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El Dr. Santiago Encinas resalta la importancia de mantener un estilo de vida saludable. Una dieta rica en antioxidantes, frutas y verduras de hojas verdes (acelgas o espinacas) puede ayudar a contribuir en los pacientes con glaucoma y a retrasar el riesgo de aparición de este mal en las demás personas. En el caso de los que no tengan diagnosticada la enfermedad, se les recomienda acudir una vez al año a una revisión oftalmológica de manera presencial para poder detectar este mal a tiempo.