Dicen que las palabras se las lleva el viento. Sin embargo, hay frases que se lanzan en casa delante de los niños y quedan en sus mentes.
Por ejemplo: ‘cuando una mujer dice que no, es sí’, ‘qué hombre no se toma sus tragos’ o ‘todas están locas’. Parecen graciosas, pero -según la psicóloga Carmen Bravo de Rueda-, a la larga fomentan en los pequeños el machismo, la falta de respeto y la violencia. “Estas expresiones pueden ser parte de la educación de los padres, pero no tienen por qué trasladarse a los niños”, advierte. Por ello recomienda pensar antes de hablar en presencia de los menores y evitar las discusiones entre adultos (insultos, agresiones verbales) cuando haya un pequeño cerca.