Los huaicos son temidos, pero también previsibles en determinadas zonas y épocas del año, o como cuando llega el fenómeno de El Niño con sus copiosas lluvias.
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La palabra huaico es de origen peruano y equivale a lo que se conoce como deslave o corrimiento de tierra.
Se trata de una masa enorme de lodo y piedras que, debido a las lluvias torrenciales, se desprende desde las alturas de los Andes y cae en los ríos para ocasionar su desborde que arrasa con poblados, carreteras y campos de cultivo.
En Lima, las zonas más afectadas por los huaicos son las ubicadas en Lima Este. Chosica y Santa Eulalia son desde tiempos inmemoriales espacios que toma violentamente la naturaleza, debido a la activación de quebradas y cuencas pequeñas a consecuencia de las intensas lluvias.
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Al ser una violenta inundación que baja desde las zonas altas, el huaico arrastra gran cantidad de material del terreno de las laderas, el que se desprende y es llevado por el agua hasta el fondo de los valles. A su paso sepulta lo que encuentra.
Se han identificado como activas 16 quebradas, 12 están ubicadas en Santa Eulalia, una en Ricardo Palma y tres en Lurigancho Chosica, lo que significa riesgo inminente, informó el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN).
Una quebrada activada significa que registra precipitaciones continuas que pueden derivar en deslizamientos de lodo y piedras. Autoridades y pobladores pueden tomar medidas de prevención contra los huaicos.
Entre ellas está construir barreras para desviar al alud y que no avance sobre áreas habitadas, porque los huaicos suelen pasar tiempo después por las áreas que antes ya recorrieron y donde causaron destrozos.
En las zonas por donde antes pasaron huaicos no debe construirse casas, aunque algunos siguen haciéndolo en forma temeraria.
La vocablo huaico proviene del quechua wayqu (quebrada), palabra que hace mención a la caída de la masa de lodo y piedras que, por efecto de la gravedad, se dirige hacia las quebradas (hendiduras del terreno) y lechos de los ríos.
Se afirma que el término tendría relación con la voz lloclla (del quechua lluqlla o aluvión).
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