– ¿Es arte del demonio o brujería esto de escribir versos? (le decía, no sé si a Calderón o a Garcilaso un mozo más sin jugo que el bagazo).
– Enséñame maestro, a hacer siquiera una oda chapucera.
– Es preciso no estar en sus cabales, para que un hombre aspire a ser poeta; pero, en fin, es sencilla la receta:
forme usted líneas de medidas iguales, y luego en fila las coloca juntas, poniendo consonantes en las puntas...
– ¿Y en el medio? ¡En el medio! ¡Ese es el cuento! ¡Hay que poner talento!
MIRA: 5 datos que quizás no sabías de Miguel Grau
Los elementos de dicha composición definen el arte de Ricardo Palma. “En el medio” puso su personalidad y, “en las puntas”, un poco de historia...
El escritor tradicionalista, periodista, militar, bibliotecario y político peruano Ricardo Palma nació el 7 de febrero de 1833 y murió el 6 de octubre de 1919, fecha de la que hoy se cumplen 103 años.
Su vida se nutrió de todos los elementos típicos de la ciudad, en los nacimientos, en las procesiones, cuando aún las murallas de Lima no habían sido derrumbadas.
Aunque algunos de sus críticos aseguran que se educó en el Convictorio de San Carlos, no se ha encontrado huella de su paso por dicho colegio, de ser así puede más bien considerársele como un autodidacta.
Muy joven se afilió al movimiento romántico y formó parte de la ‘bohemia romántica’ de Lima.
Empleado como contador del transporte del Transporte ‘Rímac’ (1853), empleó sus ocios en la reposada lectura de los clásicos españoles. Permaneció al servicio de la Armada hasta 1858 e interesado por la política, declaró su adhesión a los liberales. Implicado en una conspiración que debió terminar en el secuestro del presidente Ramón Castilla (1860), salió desterrado a Chile.
Regresó al cabo de tres años, y luego hubo de viajar a Europa; pero retornó pronto cuando los liberales asumían el gobierno para dirigir la reacción contra las pretensiones de la Escuadra Española del Pacífico.
Como funcionario del Ministerio de Guerra asistió al combate del Dos de Mayo del Callao. En 1867 editó el periódico satírico La Campana. Más tarde, durante la guerra con Chile se incorporó a la reserva y tomó parte en la batalla de Miraflores (1881).
Se puede considerar una segunda etapa de su vida, aquella que se inicia a raíz de su matrimonio y que se caracteriza por ser más apacible. El escritor abandona el primer plano de la política; estudia, investiga, acumula en los archivos datos para su obra, se absorbe en un mundo más sabio y contemplativo.
En 1884 ocupa el cargo de director de la Biblioteca Nacional de Lima, cargo que conservó hasta 1912. Por su tesón y diligencia recibió el nombre de ‘bibliotecario mendigo’.
En 1872, aparece la primera serie (15 tradiciones) de las 11 que formarían un total de 453 tradiciones. Aunque la primera tradición data de 1851 y su nombre es ‘Consolación’, la primera tradición publicada es ‘Palla Huarcuna’ y la última ‘Mi visita al general Santa Cruz’.
El conjunto de la obra es de una evidente grandiosidad. Mitad historia y la otra mitad ficción, domina un fondo socarrón, personalísimo, intercalado con emotivas referencias al mundo americano.
Contenido GEC