
Después de semanas largas de trabajo, noches con pocas horas de sueño y días en donde la comida tampoco es tan saludable, siempre buscamos disminuir el estrés cotidiano.
Para tener equilibrio debemos buscar desconectarnos mentalmente y alejarnos de pensamientos que nos generen cansancio cerebral y luego físico.
Una de las opciones más sencillas es tener contacto con la naturaleza en zonas lejos del concreto.

Una caminata en la sierra, nadar o chapotear en algún río, entrar al mar, mirar el amanecer y admirar la flora y fauna del lugar son lo mejor para recargarnos y relajarnos.
A esto lo denomino contacto con lo divino, es decir, escenarios y momentos con la naturaleza alejados del estrés y la ciudad.
Si bien a veces se complica en situación de mucha ansiedad, lo recomiendo de la mano con ejercicios respiratorios al aire libre, estiramientos o la actividad física que más les guste.
Para tomar decisiones claras debemos estar descansados y vitales.










