La pandemia obligó a la población a permanecer encerrados en sus casas, lo que provocó estrés, ansiedad y hasta depresión. Todo ello generó más casos de obesidad debido a que muchos comían por ansiedad y era complicado salir al aire libre para realizar actividad física.
Por eso, Luis Moreno, psiquiatra del Hospital Guillermo Almenara Irigoyen de EsSalud, en una entrevista para la Agencia Andina, exhortó a la población a cuidar su salud mental y acudir a un especialista.
“Algunos comienzan teniendo ansiedad y terminan con obesidad y otros, una vez que desarrollan gordura, terminan deprimidos... Mucho de lo que hacemos se ve reflejado en lo que pensamos y sentimos; por ello, el tema de obesidad debe ser abordado por un equipo interdisciplinario de salud”, sostuvo el galeno.
“No se puede tratar la obesidad de manera aislada enfocada solo en el aspecto físico, sino también el aspecto emocional porque ahí están los sentimientos y actitudes que muchas veces son los que nos llevaron a ganar peso”, agregó.
El psiquiatra del Hospital Guillermo Almenara Irigoyen de EsSalud advirtió desear comer en grandes cantidades y de manera frecuente no es normal. Precisó que cuando el cerebro produce estrés, la mente necesita satisfacción a corto plazo y la comida suele ser ese estímulo accesible.
“La adicción a la comida, el descontrol de los impulsos y la desorganización en la forma de vida son las posibles complicaciones que trae el tener un vacío emocional o el querer saciar una necesidad emocional”, aclaró.
“Algunos pueden tener antojos de alimentos ricos en grasas, harinas y dulces, derivando en el aumento de peso. Generalmente, el consumo excesivo de algo, siempre está acompañado de depresión, ansiedad y puede ocasionar obesidad. La población infantil no está alejada de esta realidad. Un 80 % de los niños que ahora son obesos tienen la posibilidad de ser un adulto con obesidad”, acotó.
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