Cuando se hablaba de telemedicina, hace algunos años, no terminaba de convencer a muchos médicos que veíamos esta práctica muy poco útil, sobre todo, a la hora de hacer una historia clínica y examinar al paciente.
Con la llegada de la pandemia del COVID-19 y al estar imposibilitados de atender pacientes, el internet nos hizo ver qué tanto podía ayudar por esos días la telemedicina. Y si bien en un inicio ayudó en muchos aspectos, como en controles de pacientes crónicos y postrados; por otro lado, nos abrió los ojos en darnos cuenta de que no todos se beneficiarían, incluidos pacientes y médicos.
La telemedicina si es una herramienta muy útil hoy en día, pues agilizar las consultas con el paciente siempre ha sido un reto a la hora de optimizar las mismas. Un buen despistaje a la hora de orientar al paciente sobre si le beneficia o no dependerá siempre del criterio médico, y a la vez le servirá al paciente para conocer bien en qué casos y con qué médicos se puede realizar las mismas.
Hay que aclarar que no todos los especialistas lo usan de la misma forma; un signo en una consulta presencial puede ser inclusive la clave para un buen diagnóstico y por consiguiente un óptimo tratamiento.
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