Conversa, sonríe y es pícara como una jovencita. María Antonia Camposano (84) tiene el paso lento y hasta usa bastón para caminar, pero con esa fuerza característica, sale todos los días a las cuatro de la madrugada a vender periódicos y revistas frente a la plaza principal de Chaclacayo.
Señora María, ¿es la vendedora de diarios más antigua de Lima Este?
Sí, hace más de 50 años que me dedico a este trabajo.
En Chaclacayo todos la deben conocer...
He visto pasar por aquí a muchas generaciones. Todos me conocen y me quieren. Dicen que soy ‘La campeona de Chaclacayo’, la que les enseña a esforzarse.
¿Por qué sigue trabajando?
¿Qué hago en mi casa hijita? Me enfermo. La televisión me aburre.
¿Y qué hace con su platita?
La gasto en mi comida y ayudo a mi hijo para que compre lo que necesita. Él es muy bueno conmigo, ¿qué hago yo guardando mi plata? ¿Para qué? ¿Para que se la lleve el ratero?
¿Cuántos hijos tiene?
Solo uno. Vivo sola, mi esposo falleció hace 20 años. Lo mandé al cielo porque mucho me molestaba (ríe).
¿La venta de diarios le permitió mantener a su hijo?
Sí, él tiene dos carreras. Es administrador y nutricionista. Siempre le inculqué el estudio. No quería que fuera igual que yo, sino una persona preparada. Cuando acabó de estudiar me dijo: ‘Mamá, ¿ahora qué hago?’. Me fui a una empresa cervecera y le conseguí trabajo. Ya tiene 18 años ahí. Yo lo ayudé a ingresar, pero él supo mantenerse gracias a su esfuerzo.
Usted es muy trabajadora, ¿no?
Yo soy de Yauya (Áncash) y a Lima llegué muy joven, mis primeros trabajos fueron como bordadora en el centro de Lima.
¿Hace cuánto tiempo no regresa a su pueblo?
Muchos años y tampoco creo que ya lo haga. A mi edad, imagínate (sonríe).
LA MÁS TRABAJADORA
¿Y cómo van las ventas?
Más o menos, ha bajado un poco.
¿Cuál es el diario qué más vende?
Sin duda, Trome.
¿Cómo así decide vender diarios?
Un día mi hijo vino con que quería ser canillita, pues un señor le estaba ofreciendo ese trabajo y yo tomé el puesto. Así entré al negocio.
¿Todos los días trabaja?
Los 365 del año. Nunca falto, llego a las cuatro de la madrugada y doy las noticias muy temprano. Los muchachos de por aquí me ayudan a cargar mi mesita y mi silla. Me despierto de madrugada porque duermo a las siete de la noche.
¿Sufre algún mal?
Estoy muy bien del corazón y todo lo demás. Lo único que me duelen son los huesos por la artrosis.
¿Cuál es el secreto para estar como usted a su edad?
Alimentarse bien. Todos los días tomo jugo de fruta, leche de soya y un buen almuerzo. Eso me mantiene fuerte.
¿Qué le dicen sus clientes?
Que me quede en mi casa descansando, pero yo no quiero. Al final cuando vienen a comprarme se divierten conmigo, porque yo les converso y escucho.
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