se termina su café. Estrenamos la segunda parte de la entrevista con el popular cómico que llega con muchas más anécdotas a ‘Café con la Chevez’ en la edición de Año Nuevo del popular podcast de Trome.

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En la última edición del 2023, Alfredo Benavides nos cuenta detalles de su altísimo sueldo en América Televisión y revela los detalles de su enemistad con Edwin Sierra, a quien no quiere ver ni en pintura.

Finalmente, queremos agradecerles por su sintonía y acompañamiento en cada una de las entrevistas que estrenamos los miércoles. Les prometemos mucho más diversión y anécdotas con reconocidos personajes durante todo el 2024. Hay café para rato.

Tienes 51 años...

Sí, pero parezco de 35. Nunca me he hecho nada en la cara, el único hincón que he sentido es del una avispa. Ni bótox, ni cirugías. Me gustaría hacerme la papada, porque como bajé tanto de peso me salió papada, pero tengo temor por todas las personas que me van a empezar a llamar. Si yo no me voy a vender, quién me va vender. Ya estoy como fruta que se pasa, tienen que comprar la mercadería, está barata, está en oferta...

¿Te ves comprometido casándote?

Sí, claro. Me voy a casar, me voy a dar el gusto de casarme, quiero tener un hijo y quiero sí, pasarme 15 años de mi vida más ya más relajado en mi trabajo y disfrutando de una vida que no disfruté o no aproveché. Creo que es lo último que me falta. Estoy feliz con mi trabajo, con mis redes, amo que me escriban un mensaje bonito, que sigan acordándose de Bienvenida la Tarde, amo hacer lives y que entren 2000 personas.

¿Qué le regalarías a Ernesto Pimentel?

Agradecimiento, es una persona muy generosa, muy culta, muy inteligente y en algún momento de mi trabajo he trabajado con él, me ha tratado súper bien y no solo él, sino también Miluska. Desearle lo mejor, así seamos los dos únicos programas que nos mantenemos en vigencia, desearle lo mejor.

¿Y a Andrés Hurtado?

Andrés es una persona que se busca su espacio en el mundo porque Andrés ya pasó la frontera, ya pasó migraciones. Andrés es una persona muy inteligente, muy astuta, muy capaz, a él se le mete algo y consigue lo que quiere.

Qué otras anécdotas tienes...

Yo creo que mi próxima aventura va ser en Argentina, con una famosa argentina... yo tengo mis predicciones... Hayimi me ha dicho que mi próxima relación es en el extranjero.

¿Cuál es tu tope para casarte?

Yo creo que si el próximo año no me caso, en 2024, no me caso más. Cuando me enamoro desaparezco, es más, sería capaz de renunciar a lo que hago por vivir mi vida de pareja, yo feliz. Yo entrego el sobre cerrado, me dejo pegar, yo feliz.

A mí no me gusta pelearme con mi pareja, terminar es lo peor que te puede pasar.

El Flaco Granda me entrevistó, nunca me había entrevistado un alambre, pero su estilo es chévere. De ahí me llamaron de 300 mil podcast y con ninguno atraqué. Creo para mostrarte es suficiente uno y por compromiso, dos ya. Pero en 2024 voy a ir a todos los podcast.

Yo voy a casarme, agradezco las experiencias que he tenido, amo a mis hijos, no es un cliché. En algún momento con una persona que salí hace mucho tiempo le decía ‘te doy el teléfono de mis exs’, quién puede decir eso. Obviamente no le doy, le doy el teléfono de hacer 15 años...

Alfredo Benavides cierra la temporada en Café con la Chevez.
Alfredo Benavides cierra la temporada en Café con la Chevez.

¿Con alguna te has portado medio jugador?

Con todas, yo no soy perfecto, uno tiene tentaciones. Me he separado por cometer errores, errores que nunca jamás volveré a cometer, aunque depende de quién sea la tentación. Yo creo que la vida es un juego tan amplio...

¿Qué se hace para no ser infiel?

Tener el cerebro de mi hermano Jorge, lo único que queda... el hombre es infiel por naturaleza, dicen. Pero yo creo que sí hay fidelidad, cuando hay amor hay fidelidad...

Ha entrado una chica nueva al elenco...

Sí, Cinthia Guerrero, es nutricionista. Ella entrena a Gaby, más piña yo, cómo me acerco... es la entrenadora de Gaby. Yo no tengo ningún tema con Gaby, pero no estaría bien. Quiero que me entrene a mí.

Has bajado de peso...

Sí, he bajado unos kilos.

¿Cuando te molestas cuál es la expresión de fastidio o lisura que sueltas?

Cuando me molesto ni hablo, me quedo mudo y desaparezco. Es lo mejor que puedo hacer porque puedo decir, con la frialdad más grande del mundo, que puedo ser un poco hiriente con alguna cosa que puedo decir. Entonces, mi silencio es mi mejor amigo en ese momento y mi alejamiento. Yo no podría insultar a un amigo, a una pareja, a una persona que quiero.

¿Con quién no trabajarías?

Nunca trabajaría con Edwin Sierra.

¿Por qué?

Fue una persona que nos traicionó en su momento, cuando estábamos en América. Nunca en mi vida trabajaría con él. Nos traicionó, a mí particularmente no me afectó porque yo tenía una posición, pero nos hizo renunciar a América Televisión, con la poca edad que tenía y con lo que le pasaba por la cabeza, nos convenció de que teníamos que renunciar a América cuando nosotros éramos Los amigos de la risa.

¿Qué más pasó?

Manolo le dio la oportunidad a él porque el quinto amigo de la risa era Andrés y no sé que declaró en la prensa y José Francisco lo sacó. Faltaba un espacio y Manolo lo propuso a él. Salía atrás de un órgano. No nos pagaban en América, pero nos pagaban extremadamente bien, que si te pagaban un mes ya estaba pagado un año. Nos hizo renunicar, nos empoderamos, nos sacó del canal y nos citó en una notaría que él conocía. Fuimos todos y él nunca llegó. Arturo lo llamó a su casa y contestó. Yo estaba al costado de Arturo, que es la persona más pacífica del mundo, pero lo insultó y le dijo hasta de lo que se iba a morir. Arturo me dijo ‘¿sabes lo que me ha dicho? Que él ve primero por él y por su familia, que él no va firmar y que es más, en el canal lo han llamado para que tenga un programa solo y que se va quedar’.

Alfredo Benavides cierra la temporada en Café con la Chevez. Foto: TROME
Alfredo Benavides cierra la temporada en Café con la Chevez. Foto: TROME

En serio...

Manolo y Fernando empezaron a gritar, les dije ‘tranquilos, quién lo metió, él no es igual que nosotros, vámonos del canal sin él, vamos a ver cuánto le dura su programa solo a él’. Firmamos, nos fuimos al nueve y a él le dieron un programa que se llamaba La Fuana, que duró un solo programa. A partir de ahí murió y nunca más le volví a hablar y nunca más me volví a cruzar con él, hasta que hace poco nos cruzamos en Latina, nos cruzamos, como que quiso hablarme y me seguí de frente, me pasé. Es la única persona con la que no trabajaría jamás porque considero que traicionar abiertamente a un amigo... no podría volver a mirar a esa persona a la cara... a cuatro amigos ilusionados, estábamos en un pico de popularidad en América con Los amigos de la risa y Risas de América... éramos un boom... zurrate en esa amistad, sobre todo en las personas que te dieron la oportunidad de estar en ese grupo al cuál no pertenecías, peor todavía. Después Manolo, Arturo, Fernando, siguieron con él, pero yo no pude. No sabes lo impotente que nos sentimos sentados en esa mesa con cuatro personas y tener esa sensación horrible que uno de los tuyos te traiciona, que te traicione un amigo es lo peor que puedes sentir en el corazón. No me interesa su vida, que se haga millonario, famoso, para mí está muerto, no existe.

¿Cuál es el momento más bochornoso de tu vida?

Fue en la época de América. José Francisco dijo que tenía que salir medio elenco o se levantaba el programa. Yo sabía que yo estaba dentro del elenco que se iba quedar y a mi costado estaba el señor Ricardo Fernández que tenía necesidades y más allá la tía Teresa Olmos, la tía Jesús Morales, monstruos de la televisión que les decían en su cara que iban a escoger con el dedo quién se queda y quién se va y eso tienen que aceptarlo. Manolo Rojas, Ricky Tosso y yo... se nos estrujó el corazón, el alma porque vimos tanta gente vulnerable que no hacían nada en el programa, éramos 54 artistas, tenían que irse 25 y de esos, cinco que ganaran un sueldo de más allá de los 10 mil dólares. Ricky se paró y dijo que no. Después nos enteramos que solamente José Francisco había pedido que solo se vayan 3 pero Guille, para que no se vayan solamente tres que ganaban un montón de plata que no hacían mucho. Guille hizo una estrategia para que se vaya la mitad y no esos tres. Ahí es donde hablamos con él y le dijimos ‘o todos o ninguno’ y fuimos todos. Esa es la historia de Risas de América.

Durante un largo tiempo estuvo en el exitoso programa ‘Risas y Salsa’ junto a sus hermanos Jorge Benavides y el penosamente desaparecido Christian Benavides.
Durante un largo tiempo estuvo en el exitoso programa ‘Risas y Salsa’ junto a sus hermanos Jorge Benavides y el penosamente desaparecido Christian Benavides.

¿Cuánto ganabas en América?

Yo ganaba una fortuna en América. Manolo ganaba 30 mil dólares mensuales. Se compró un Mustan GT del año que ni siquiera sabía cómo prenderlo, era una mostruosidad. Yo también me compré un carro del año y Galloso también. Yo me compré un carro deportivo, era caro, es más, nos podíamos comprar un carro del año mensual. Yo ganaba 23 mil dólares mensuales. Nosotros somos de una generación que no hemos ahorrado, solo Arturo ahorraba porque no salía, pero ahora me dice ‘cuándo nos vamos a chupar, yo he sido un idiota, mira todo el tiempo que he perdido’. Yo ya no estoy para eso.

¿A quién te gustaría seducir o quién te gustaría que te seduzca o cómo te gustaría que te seduzcan?

Me gustaría que me enamoren, me gustaría sentir esa sensación ahora, no ser el que dé el primer paso, que me cacen, sería como un Bambi cojo para que me agarren rápido.

¿De qué te arrepientes o qué no volverías a hacer en tu vida?

Gastar tanta plata. La pandemia fue muy difícil, a veces quisiera irme a un supermercado y comprar 200 bidones de agua y guardarlos en mi casa porque dicen que no va haber agua. El no tener efectivo o ahorros es para arrepentirse.

ALFREDO BENAVIDES Y LA VEZ QUE CAPTURÓ A UNA BANDA DE DELINCUENTES

Te cuento una anécdota de Risas. Si yo no hubiera sido artista, hubiera sido policía o militar. Yo con mis amigos comandantes he hecho la ronda del mes, una vez al mes todos los comandantes hacen la ronda de Lima, desde las 8 de la noche hasta las 6 de la mañana. En esas rondas, una vez llegamos hasta la embajada china. Los policías estaban durmiendo en el carro en la embajada. El capitán se baja y se lleva los fusiles y seguimos nuestra ruta. Regresamos a las 3 de la mañana y estaban buscando en medio de la pista. El comandante les dice ‘¿alguna novedad?’ y el tipo empezó a llorar y le dijo que les habían robado el armamento y confesaron que estaban durmiendo. Les mostraron los fusiles y les regresó el alma al cuerpo, al final dijeron ‘que decida el alferez’, por mí. Yo les dije ‘ya mira hermano, vamos hacer una cosa, prométale al comandante que esto no va volver a pasar’. Yo tenía un padrino que era el jefe del Job1, paraba en su oficina. Un día estábamos conversando y lo llaman por la radio. Habían capturado en Puente Piedra a dos integrantes de una bandota. Le dije a mi padrino que me llevara, me arrodillé y al final me dijo que ya. Me puso una gorra y me dio una cristina, para que parezca que era parte de su equipo. Llegamos a la casa y la mesa con la droga, las pistolas y los famosos viper. Entramos a un cuarto, me puse nervioso porque habían dos tipos esposados. Me voy afuera y en la mesa comienza a sonar el viper, nadie lo agarraba. Yo lo agarré y vi el mensaje ‘van a venir o no, tenemos que dar el golpe ahorita’, ‘estamos a la vuelta en la casa rosada’. Llamé a mi padrino y le conté. Salieron en cuatro camionetas y regresaron con 12 más. En ese momento, si yo era policía, me hubieran ascendido a coronel.

También estuve en el robo a un banco. Estaba haciendo la ronda con las Águilas Negras. Y escucho en el carro que dicen por la radio ‘fiesta 13′, era la clave para un asalto. Me dijeron que me baje porque era civil, no me quise bajar. Habían secuestrado al administrador de un banco, habían secuestrado a la familia en la casa y al administrador le dijeron que lleve la plata de la bóveda a la casa. Me dejaron como a media cuadra, los delincuentes con el administrador iban a pasar por donde estábamos. El chofer se transformó y se puso con su fusil, me empezó a insultar para que agarre un fierro, pero yo me escondí. Al final se desviaron y rescataron al administrador y lo metieron a mi carro. Yo estaba nervioso.

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