El cómico Manolo Rojas es el invitado de la semana en ‘Café con la Chévez’. En entrevista con el podcast de Trome, señaló que Alfredo Benavides le debe dinero y se resiste a pagarle. A pesar de eso, lo considera como un hermano, pero le duele su actitud, sobre todo, porque en momentos difíciles lo ayudó.
En otro momento, Manolo Rojas revela detalles poco conocidos de su carrera. El cómico detalló cómo fue que se inició en el mundo artístico al lado de cómicos ambulantes como ‘Tripita’ y cómo se logró su esperado pase a la TV y la radio gracias al ‘Tío Ronco’ y su imitación del ‘Broder Pablo’.
Finalmente, Manolo Rojas contó algunas anécdotas que vivió con Roxana Ávalos, Karen América ‘La Gaga’, Andrés Hurtado ‘Chibolín’ y Ricky Tosso. Empezamos, el café está servido.
Empiezas tu carrera en Huaral en el circo..
Es la verdad. Llegan mis primos, Óscar Valderrama y Rodolfo Arevo Morales, lamentablemente ya no están, se fueron muy jóvenes, dos grandes artistas. Ellos fueron los que se atrevieron a meterme al circo. Llegaron a Huaral con el circo ‘Las Águilas Humanas’, tenían casi mi misma edad, eran buenos trujillanos, me llevaban a tomarnos un trago, a comer rico, yo no pagaba nada. Ellos decían que yo era gracioso, a mí me decían ‘El loco’, yo tenía la chispa. Me compraron una ropa de payaso y de chapa me pusieron ‘Tamalazo’. Tuve pánico escénico la primera vez que salí al escenario. Las cachetadas que eran de mentira, me las dieron de verdad. Yo estaba tan nervioso que me bautizaron como ‘Tan malazo’. Yo lo tomé como vacilón, no tenía en la cabeza que me iba dedicar a eso. Me fui con el circo, tenía unos 16 años...
¿Tu papá te dejó o te escapaste?
Yo era como esos perritos chusquitos que donde le daban comida, ahí iba. Había una familia muy buena en el barrio que me pagaron un año de colegio, me decían que tenía que estudiar. Me daban leche con pan con mantequilla y me pusieron en un buen colegio. Otra familia que iba a su casa y veía televisión, porque yo no tenía, y me quedaba pegado viendo a Ferrando e imaginándome cosas... yo soñaba que yo estaba en el programa de Ferrando y que bailaba, yo era buen bailarín, yo soñaba con eso... mi abuelo tenía una panadería, yo viví entre los panes, los panetones, tuve la suerte que tuve gente que me ayudaba y así salí adelante, siempre soñaba sin pensar que me iba dedicar a la comicidad. Era bonito estar en el circo pero cuando había que desarmarlo... yo dije ‘no, esto no es para mí’, arranqué rápido.
¿De que más trabajaste?
Con el tiempo me regreso a Huaral y ya sabía trabajar de payaso y Juan Baldeón era un payaso, carpintero y familia de mi tía, me lleva a Chincha, pero no a trabajar de cómico, me llevó a vender pantallas de televisión a colores, cuando no había televisores de colores, el los armaba con papel celofán, nos poníamos nuestros sacos y salíamos a vender y la gente se lo creía. Caminábamos mucho... hasta me hizo vender veneno para cucarachas, compraba en la ferretería y los envasaba, les ponía el nombre de una marca famosa. Tenía una labia maravillosa, si no tenías qué comer, con él no te faltaba. Un día nos invita a comer y nos dijo que nos vayamos cuando terminamos, luego vimos que se lo llevaba el patrullero.
¿Cuánto ganabas?
En la calle se gana, sí ganaba. Los cómicos ambulantes ganaban buen dinero. Yo andaba muy bien, juntaba mi platita, tomábamos bastante, pero mi vida en la calle la he pasado sanamente. De Ica nos separamos de este grupo y me fui a trabajar con ‘Cucharita’, me fui a Arequipa, ahí conocí a Nicho Ortiz, nos dio su casa cuando no teníamos nada, dormíamos en el suelo. Willy Hurtado, ‘Rocotito’, es mi promoción, y el ‘Negro Cachay’. Cachay es mi hermano, hemos andado pueblo por pueblo, dormíamos juntos, es mi hermano, es muy hábil, me conseguía novia, yo era muy tímido para eso, pero enamoraba hasta periodistas...
¿Cómo era trabajar con ellos?
Con Willy, Cachay y Nicho Ortiz llego a Lima. A Lima no entraba cualquiera, en la Plaza San Martín no trabajaba cualquiera, el público era muy vivo, muy sabido, si no los hacías reír, se iban y te dejaban solo. Ahí conocí a Juan de Los Santos (Collantes Rojas), ‘El Tripa’. Vi todo su show. Estaba él, estaba el Chorri, que es mi hermano, Walter Ramírez; Papelito, Cascarita, Fosforito, Calígula, Cholo Juan, el Cholo Cirilo, Pancho, había una cantidad de comediantes de la calle y yo me pegué al Tripa y como el apellidaba Rojas, me decía ‘primo’. Nos íbamos a ‘La Academia’ que era un bar en Rufino Torrico, vendía un jugoso, lomo al jugo, ahí parábamos. Cuando hicimos una amistad, lo llevo a Huaral porque no nos dejaban trabajar, nos metían presos, yo he amanecido en las comisarías del Centro de Lima, nos botaban al otro día.
¿Se fueron a Huaral?
A nosotros nos metían presos, no nos perdonaban nada. Ahí le digo al Tripa para irnos a Huaral, que yo ahí era ‘Dios’. Primera vez que salía Tripa de la Plaza San Martín, lo llevo a comer donde mi abuela. Yo congregué a la gente en la plaza, termino de pasar mi colaboración y estaba listo para que entre el Tripa. Me voy al chifa para ir al baño y, cuando regreso, se habían llevado al Tripa a la comisaría. Voy a comisaría y le digo al comandante cómo se iba llevar a mi amigo, si este era mi pueblo. Me dijo ‘a mí qué me interesa’ y me metieron preso también. Cuando bajo, el Tripa me dice ‘ya era hora que me vengas a sacar’ y le digo ‘te vengo a acompañar’. El Tripa me dice, ´primera vez que caigo en cana con Dios’. Era un genio, con él tengo varias, una pena cómo se puede haber ido.
De ahí viene lo del tío Ronco...
Cascarita me dice, ‘Oye, Manolo, te gustaría ir donde el tío Ronco’. Yo le dije ‘no, qué miedo’. Recuerdo que en esa época imitaba a Belaunde. Cascarita me llegó a la peña ‘Puro Perú’. El Tío Ronco estaba rodeado por toda su gente, era mi ídolo, era como Ferrando. Era la primera vez que tenía contacto con un micro, me preguntó a quién imitaba, me jodía pero era su humor. Hice a Belaunde, a Luis Alberto Sánchez. En esos últimos 30 segundos que me quedaban, hice la imitación que me abrió la puerta de la radio y la televisión. “Hermanos de Perusalén”, dije y el tío Ronco me miró y me dijo ‘Esa es, queda, ¿el lunes puedes venir?’. En ese momento dejé la calle. Mi señora se molestaba porque a veces no pagaban, el tío Ronco me decía ‘no se gana pero se goza’. Me tuvo gozando un año. Yo siempre voy a ser agradecido de todo.
¿Ya estabas casado?
Juntado, ya había nacido mi hija. Cuando estaba en la calle, llegaba con mi bolsa de sencillo, vivíamos en un cuartito pero éramos muy felices con Marisol, la mamá de mis hijos, cocinábamos nuestro pollito, teníamos una cocina de una hornilla a kerosene. La casa era chiquita, en una sola cama dormíamos los tres, fue muy duro, terrible. Pero a veces el tío me llevaba y me daba de su plata porque yo no trabajaba para la radio, sino para él, por eso le digo gracias, hay gente que no entiende, que no le pagan una semana y se muere, yo siempre seguí con el tío, perseveraba y toda la vida se lo voy a agradecer. No volví a la calle, seguí intentándolo. También vivimos en Villa El Salvador porque vivía con mi suegro y nos botaron, porque yo era un cómico de la calle y ella era una buena chica, ahí dormimos en una de esas esteras chinchanas, por Miramar, la casa era de esteras y había lluvia y habíamos comprado un plástico y nos metíamos ahí, cuando llovía mucho, envolvíamos a mi hija en el plástico y nosotros amanecíamos mojados. El Ronco iba hasta ahí con su carrazo para llevarme a comer caldo de gallina, siempre fue muy bueno, era bravo, siempre andaba con su maletita negra, llevaba sus pastillas,sus gotas, ahora yo ando igual y recién lo entiendo.
Ronco fue el que se atreve a llevarme a la televisión con Cachito, Cascarita, Rocotín y Willy Hurtado no iba... él no estaba en el grupo de nosotros, un día faltó Betina Onetto y el tío le dijo que se ponga la peluca y al toque se la puso, lo contrataron y luego lo llamaron para un comercial y al rato ya estaba en Risas y Salsa, nosotros nada, íbamos a buscarlo y ya estaba firmando autógrafos.
¿Cómo se da el paso a Risas?
A mí dos veces, no sé por qué razón, me sacaron del programa. La primera me llevó Carlos Velázquez, Lalo Archimbaud me quería meter. En la Gran Revista estaba Carlos Delford y dice ‘Carlitos, mira a quién te traigo, es bueno, no te vas a arrepentir’. Le dijeron que no había sitio y fuimos por la otra puerta. Me llevó Carlos Velásquez e imité a Lucho Izuque entrevistando a Carlos Broncano, una de mis primeras imitaciones, no sé qué pasó que no quedé. En la otra me contratan, firmo, celebro en mi casa con pan con ají, con la familia, voy el día lunes a grabar y me dicen que no podía entrar porque me habían sacado de la lista. Había alguien que no le gusté y movió sus fichas y me chotearon. Pasó un cómico al que le dije que no me dejaban entrar y me dijo ‘ese no es mi problema, hermano’, recontra conocido. Con el tiempo me pidió que lo ayude, el éxito es la mejor venganza. Yo estaba solo, no tenía manager, crucé la avenida Arequipa, me quedé mirando el canal y se me caían las lágrimas, yo dije ‘voy a regresar acá y voy a demostrar que yo valgo’. Volví gracias al señor Becerra, que me fue a buscar al teatro Ático, yo estaba con Miguelito Barraza, Melcochita, Amparo Brambilla y me dijo si no quería ir a ‘Risas y Salsa’. Fue la primera vez que Alfredo Benavides me dijo para ir a un cumpleaños, estaba flaquito y tenía sus seguidoras’. Fuimos al cumpleaños de Guille, que iba ser nuestro productor. Estaba Rulito Pinasco, yo estaba asustado y avergonzado. Le dijo a Guille que ya habíamos firmado, yo en esa época ya era la revelación del teatro, agarro el micro, hago unos chistes e imito al hermano Pablo. Guille me dijo ‘el martes grabamos la del hermano Pablo’. Así empecé. He sido bendecido por el hermano Pablo porque por él entré a la radio y televisión.
Tuviste una oportunidad de conocer al ‘Hermano hablo’ en el Sheraton
Fue por un periodista de Ojo me invita diciendo que el hermano Pablo quería conocerme. Yo le creo. Me dijo que tenga mi ropa y mi peluca lista. Me lleva y me dice escóndete detrás del muro para sorprenderlo, pero era mentira. Como dos horas me tuvo vestido con mi peluca sudando. Hubieron algunos problemas porque algunos cristianos decían que yo me burlaba. Después de un rato, lo tuve frente a frente, venía con cuatro o cinco pastores. Me ve y me dice: “Manuel Rojas Ibáñez, el broder Pablo, tú eres de Perusalén, yo soy de Jerusalén. Hermano Manolo, cuando yo no he estado en la televisión, usted ha salido por mí y le agradezco infinitamente y vamos a orar por usted”. En ese momento todos los pastores me pusieron la mano, yo dije ‘ahora los incendio’... sentí una paz cuando el hermano Pablo dijo: “Señor, condúcelo por el buen camino porque su corazón es bueno”, fue la primera vez que sentí tanta paz. Fue muy bonito lo que me dijo, incluso me dieron una Biblia que él me firmó, la perdí como cinco años pero la encontré, hasta ahora la tengo viejita.
Cuando estabas en el Ático, ¿cómo fue lo de Amparo, fue tu amor platónico, fue alguien que sí estuvo en tu vida o fue una saliente?
Quién no estaba enamorado de Amparo. Salía, levantaba una ceja y yo... me decía ‘muy bonito tu show’. Yo estaba loco con Amparo. Tengo una anécdota fuerte con Amparo, yo le digo ‘La Grande’, ahora somos como hermanos. Otro que también estaba loco por ella era Alfredo. Un día estábamos en un evento con el gordo y me dice: “Amparo se ha quedado con nosotros, ha dejado a sus amigas” y en nuestra mente cochina dijimos “¿no querrá con nosotros dos?”. Decíamos: “Tú entra primero y yo después”. Nos imaginábamos en la cama, bailando, un trío... y la otra no sabía nada. En un momento dice: “Creo que ya es muy tarde, por qué no vamos a mi casa y nos tomamos un último traguito”. Nosotros dijimos: “Sí quiere con nosotros’, estábamos listos. Llegamos, estábamos los dos en la sala esperando con vinito, whisky, ella nos dice ‘un ratito, ahorita regreso’. Pensábamos que se iba poner su babydoll. Había una cortina que daba a su habitación, mirábamos esperándola. Luego, vemos unos zapatos y sale su hija, mi sobrina, y nos dice: ‘Tío, mi mamá se ha dormido’. Nos tuvimos que ir los dos. Después le contamos y nos dice: ‘Estos desgraciados, sinvergüenzas, cómo van a pensar eso si ustedes son mis hermanos’. Le dijimos: ‘sí, pero estábamos poseídos’.
Una vez estuviste encerrado en un hotel y no querías salir, arriba del Tumbao...
Me quedé ahí encerrado pero alguien quería hacer prensa y llamaron a la Policía, un pata quería entrar porque estaba con unas amigas y como lo boté, llamaron a la Policía. Yo estaba mal, me dijeron que descanse, en esa época me tomaba hasta el agua del florero, hasta la humedad de la pared, ya no tenía qué tomar, tomaba taxi, tomaba bastante. Le he pedido perdón a la mamá de mis hijos por todos mis errores.
Pero cambiaste...
Desde que entré a la radio paré bastante, gracias al tío Rossini que me dio la oportunidad de ingresas a ‘Los chistosos’, me dijo: ‘Sancochado, ¿qué estás haciendo? Ven a probarte porque el otro Sancochado se ha ido a otra radio’. Me dijo que tenía que hacer casting, pero yo ya había trabajado en radio, en televisión, pero igual me dice ‘este es otro tipo de trabajo, es humor con noticias. ¿estás tranquilo?’. Fui, hice mi casting en un programa en vivo, me dijo que suba a firmar y me quedé. Creo que RPP me sirvió de mucho para cambiar mi ritmo de vida, ser más disciplinado. Es que llegaba matado los lunes, yo me cuidaba, tomaba todo el sábado, el domingo descansaba pero llegaba cansado el lunes, matado. Ahí agarré el orden, la tranquilidad, la vida golpea y enseña.
Tuviste un accidente por tu mala vida...
No fue por eso. Fue en Huarmey, ese accidente era para perder la vida, si no tuviera ese carro, ese Ford Mustand... Agarré un contrato y no quería subir al avión porque le tengo miedo, me voy por carretera con mi hermano, fuimos, hicimos el show, yo me regresé por carretera por Trujillo y cuando estamos regresando, una camioneta Land Rover de un pata que era de la Policía y estaba borracho, se mete, venía cansado porque había tomado con la familia y en eso siento pum, un choque, el pata se había metido a la pista y nos destrozó el carro y se largó. Nos salva la bolsa de aire y que nos chocamos en la puerta del hospital. Yo en mi mente pensaba que el carro iba volar y no podía abrir la puerta. Me cargan en un tricitaxi, yo estaba gordo, y me llevan al frente que estaba el hospital. Llegó un amigo que vino desde Lima, se tomó todas las fotos con el carro destrozado... fue una noticia fuerte porque casi pierdo la vida, pero no fue porque había tomado, yo no manejaba, manejaba mi hermano Jaime.
¿Marisol ha sido el amor en tu vida?
Sí, siempre va tener un lugar especial. Ella me conoció en la calle, en el Jirón de la Unión.
¿Qué anécdotas con las chicas de Risas y salsa?
Tengo miles de anécdotas, una vez vino Karen América ‘La Gaga’. Roxana me dijo que la Gaga quería ir a un sitio criollazo, a una rumba. Era miércoles y yo estaba matado. Nos al capitán, a Miraflores, acá nadie se va a enterar. Me dijo ‘Oe, huevó...pero no quiero escándalos, yo estoy impecable’. Las llevé allá. Yo mismo era. Una chica le mandó una indirecta, era una chica de otro país. Roxana era achorada. Agarró una botella y ‘pam’. Una batalla campal, una bronca, Al otro día en los periódicos: ‘El broder Pablo, la Gaga y la Guardia serafina en tremendo escándalo. Pero esa chica la empezó a fastidiar.
¿Tuviste anécdotas con Ricky Tosso?
Un día me vendió una moto roja, se la habían regalado, yo no quería pero me dijo ‘¿cuánto tienes? ¿puedes pagarme 500? toma, ahí está tu moto’. Creo que un día no le pagué sus mil soles, me agarró un día en el ascensor, me levantó y me dijo ‘me debes 1000 soles, mi plata, o me pagas o te mato’, me estaba jodiendo y yo también me achoré. Vio que yo me achoré y me dijo ‘cuándo tienes plata’, le dije que a fin de mes. Me arregló, me peinó, me dio un beso y me dijo ‘no te olvides’. Igual me pasó con un amigo que cree en los hermanos superiores.
¿Qué pasó con Andrés Hurtado?
Estábamos en Risas y Salsa, y eso yo fui el que lo acompañó en los momentos más difíciles, él debería estar agradecido de Guille y me parece mal que no sea agradecido, pero es otro caso. Me hizo la bronca, no sé qué pasó pero me dijo ‘tú estás bien huev... qué crees que porque me joden de mariconcito, yo peleo y te saco la... yo soy del Callao’. Le dije, ‘entonces vámonos a la esquina’. Nos fuimos, a mí ya me estaba dando un poco de temor, nunca lo había visto pelear pero tampoco nunca lo había visto pelearse así... se quitó la camisa y yo también me quité la camisa, cuando ya nos íbamos a agarrar, me dijo, ‘ay, hace mucho frío, mejor otro día’. Yo ya estaba con ganas.
¿Qué otras anécdotas te han pasado?
Cuando viajamos con Risas y Salsa. Con Chuiman, Felpudini, Machucado, Santagadea. Fernando Armas. Alfredo Benavides. No sé como un pata nos contrató. Cuando pasamos por Ticlio, Adolfo y el tío Felpu se descompensaron. Nos regresamos y el empresario era de Huánuco, me dijo: ‘Manolito, por favor, me van a matar, tenemos que llegar a Huánuco, el inversor me va a matar. Parecía que era un ‘duro’. Dijimos que la vida de Rodolfo y Adolfo, valen más. Regresamos y en San Mateo les pusieron oxígeno. La pasaron mal por la altura. El que puso la plata era un ‘duro’, de la ‘cosa nuestra’. Después que pasó, nos llevó en un ómnibus. Éramos un manchón.
¿Y cómo regresaron?
Al regreso de Huánuco, estábamos en el ómnibus. Fui al lado de la ventana, yo quería, pero le tocaba a Fernando Armas. Le dije que se sentara acá, yo era el ‘Hermano Pablo’, ya estaba en otro rango. Me hizo caso. En eso se suben dos patas a decirnos que en la carretera a veces habían asaltos. Que los terroristas atacaban y que nos iban a defender, tenían una ametralladora y unas granadas. Nos dijeron que ellos se iban a enfrentar y que solo querían que les colaboraran. Adolfo Chuiman dio 200 soles. Petipan dio 10 soles. Al final, nos dijo que tengamos cuidado porque iban a disparar por el lado de la ventana, yo estaba en la ventana. Mire a Armas y le dije ‘este es tu sitio, huevó...’. al final nunca nos asaltaron, los que nos asaltaron fueron esos dos.
¿Qué pasó con Alfredo Benavides?
La verdad, Alfredo es como mi hermano, lo quiero mucho pero hay una deuda que dice que yo le cobro porque se me sube el azúcar, en realidad él se resiste a pagarme, pero él sabe que me debe. Como otro pata más, que le dicen el Maravilloso, le di 20 mil y me cerró y dice que era una inversión. Hay varias personas en las que he confiado, que involucran a mi hermano que falleció diciendo que ya arreglaron con él, a mí me duele mucho. Yo no estoy loco, tengo controlado mi azúcar, yo sé que a mí me está debiendo, lo veo bien, me alegra, le deseo lo mejor, lo quiero mucho, que le vaya muy bien, pero que aprenda a reconocer su deuda, en los momentos difíciles que lo ayudé... él de terco no quiere reconocer, pero la verdad es esa. Ha venido su abogado y me dijo ‘mejor eso déjalo en el pasado’, y no, yo no pretendo hacerle daño, yo no soy loco ni cobro por las puras.
Con Fernando Armas también tuviste un roce, creo que dijiste que hacía su misma rutina
Una vez discutimos cuando ellos estaban empezando, me dijo que yo tenía un montón de chistes, pero Fernando ha sido muy creativo, muy inteligente, le va muy bien, es buen empresario, le va bien con su familia, le deseo lo mejo
¿Qué pasó en Edwin Sierra?
Lo ayudé pero él dice que él se descubrió solo, es su tema, yo ya con él no cuento para nada, que le vaya muy bien, es muy inteligente, es un muchacho muy hábil, buen imitador, tiene una chispa, eso indudablemente. Él ya era gracioso desde el colegio, porque él iba a ‘Lo bueno, lo malo y lo feo’ con su buzo de colegio, y siempre lo jodíamos que pasó de año saludando a sus profesores. Muy hábil, ha logrado muchas cosas, pero en la vida tenemos que aprender que todo tiene que venir completo, el talento y la calidad humana, ser una buena persona.
Te veo cambiado...
Yo no tomo, no fumo, no salgo mucho a fiestas, no puedo aguantar estar hasta las 2 de la mañana, ya no le encuentro razón, es mi forma de pensar, pero no condeno a nadie, solo digo que los extremos son malos.
Y lo dice una persona que estuvo en el extremo
Estuve en el extremo, pero regresé. Estuve en lo peor, pero yo mismo me salvé, me gusta compartir, aunque muchos dicen que me creo motivador, no simplemente comparto porque no quiero que muchos jóvenes, muchos artistas pasen por el camino equivocado por el que yo transité una vez.
Yo decía, qué talentosos son y por qué pierden su vida
Tú tenías una época de cólera con los cómicos porque eran tramposos. Pero yo te digo una cosa, siempre he sido buen amigo y lo sabe Arturo Álvarez, nos querían seguir cuando íbamos con Alfredo, queríamos ir al Tumbao y lo bajaba del carro a Arturo y a Edwin y les decía ‘no van’. Yo ya era líder y Arturo me hacía caso, me decía, ‘pero un ratito para entrar’ y yo le decía ‘no’. Yo pagaba el taxi y los embarcaba a su casa, les decía ‘ustedes son sanos, no quiero que estén tomando y se pierdan acá, acá adentro es el infierno y ustedes no van a entrar’. Los embarcaba y mi compadre Arturo se acuerda, un día lo encuentro tomando su cerveza y me dice ‘tas huev... ya pasaron años, ahora yo estoy chupando, tú te has retirado del trago pero yo quiero chupar’. Fueron momentos bonitos.
Tú fuiste el mejor pagado
No hables de ese tema, esa plata no sé dónde estará.
¿Ocho mil dólares era tu contrato en América Televisión?
No me acuerdo dónde está esa plata. Tenía dos programas y llegué a ganar 15 mil dólares mensuales. La mitad le daba a mi señora y con la otra mitad me largaba. Pero ahora estamos muy bien, inauguro mi restaurant el 18 de noviembre, restaurant ‘Don Manolo’ en Huaral, estoy tratando de lograr muchos sueños, como cantar con una orquesta, hacer una miniserie, seguir trabajando en el Reventonazo gracias a Ernesto Pimentel, que ha sido muy bueno conmigo, gracias al Grupo RPP, que cada día trato de ser mejor persona, mejor profesional al lado de Hernán Vidaurre, de Giovanna Castro, y sobre todo agradecido con mi tío Guillermo Rossini que me llevó a la radio.
¿Cuando te molestas, cuál es la lisura que más dices?
Muy poco soy de decir lisuras, puedo decir ‘put... madre’. He aprendido bastante a estar tranquilo, a retirarme, pero si yo me mantengo hoy en día es porque dentro de todo lo que yo me divertía, siempre he sido disciplinado con mi trabajo.
¿A quién te gustaría seducir o quién te gustaría que te seduzca o cómo te gusta que te seduzcan?
Ya te conté, Amparito. También yo estaba muy templado de alguien que se llamaba Del Águila, era modelo creo, después la gringa, la actriz, Leslie Stewart, yo la veía como inalcanzable, me encantaba, era muy achorada, pero es una gran mujer, la veo muy bien, siempre la sigo. Después Anahí de Cárdenas, ella es lo máximo y la admiro mucho porque es muy valiente, es bonita, es una actriz, es completa, más que deseo, es admiración. La de la película de Django también, he tenido sueños con Melania Urbina, me fui tres veces a ver esa película, cada vez que veía a Giovanni Ciccia me daba cólera. Es una tremenda actriz.
¿Con quién no trabajarías?
Hay varios... pero si me dicen, ‘vas a trabajar con esta persona’ aunque yo tenga un problema yo soy un profesional y compartiría con ellos y hacer lo mejor y no hacer sentir el fastidio o lo mal que se pueden haber portado conmigo. Yo soy un profesional, sí trabajaría. De llamarlos yo, eso si no. Con Alfredo solo es cuestión de actitud, el dinero no me importa, todavía no estoy tan necesitado, desesperado, que alguien que tú quieres, que consideras un hermano... quien es una excelente persona es Jorge, él es muy bueno, muy generoso, muy brillante, como lo es Ernesto Pimentel, porque la Chola se pica, es un genio, todo le va bien y yo les deseo a todos que les vaya bien a todos los programas cómicos porque vamos a tener puertas para dónde ir, que les vaya bien a mis amigos de JB, tengo muchos amigos ahí, Cachito, Farfán... y el Jirón del Humor también, a los dos productores los conozco, hay buenos muchachos.
¿De qué te arrepientes o qué no volverías a hacer en tu vida?
No volvería a estar con las malas juntas y a tomar licor, nada de lo que hice me gustó, no lo volvería hacer, no ha sido un buen ejemplo, no me ha ayudado en nada, me ha hecho perder, me ha hecho enfermarme... A mí me fue muy mal, perdí mi hogar, fueron errores estúpidos.
¿Cuál es el momento mas bochornoso que te haya pasado?
Lo del hotel. Lo que pasa es que el pata quería meterse y yo lo boté. Ponía el pie ahí, yo le quería quebrar el pie, se coló ahí y se aprovecharon, pero yo asumo todo, he sido culpable de eso, no debí hacer eso, no le echo la culpa a la gente, la culpa es de uno.
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