Todos los sábados la familia espera que llegue la noche. Cuando el manto oscuro del cielo abraza a la ciudad, los abuelos, padres, hijos y nietos se sientan juntos para una cuarentena voluntaria. El responsable es Jorge Benavides y su ‘wasap’ en Latina logra reunir a los integrantes de la casa. El actor cómico, aunque suene raro, es un muchacho casero, muy distinto al que vemos en la pantalla chica...
A los seis años salí solito por primera vez de casa.
Fui a comprar mantequilla a la bodega de la esquina y mi mamá me miraba desde la puerta.
Me gritaba: ‘¡Cruza... Compra... Regresa!’.
En movilidad.
Con mi hermana.
No quería entrar.
Ningún ‘causa’, cuando me acuerdo quiero llorar.
Solo una vez en mi vida. Recuerdo que fue en el colegio, obligado por mis amigos y nos vestimos con el uniforme del Peñarol de Uruguay.
Era chiquitito, chato y por eso mi apodo era ‘Pichicho’ Benavides.
Cuando mis compañeros de colegio me ven se sorprenden y me dicen: ‘Qué tal estirón que has dado’.
Nunca.
A cocinar.
Tengo buena sazón para todos mis platos.
Hago un arroz graneado espectacular.
La limpieza.
Planchando soy de campeonato.
De los buenos y también experto gasfitero.
Soy el mejor lavador de carros.
Dos cervecitas son suficientes para acompañar un buen cebiche.
Cuando comencé me sentía superior, pero pisé tierra y me di cuenta del error.
Una vez caminaba por la avenida Arequipa y se me acercó un tipo...
Se me pegó y dijo: ‘Dame tu billetera y no corras’, y agregó: ‘Mira al frente, ese pata está conmigo’.
Sí, caminaba paralelo a nosotros.
El otro se acercó y al verme me preguntó: ‘¿Tú eres JB?’, le respondí que sí y se fueron sin pedirme ni hacerme nada.
Sí, pero chambeador que cuida a la familia, el que se recursea trabajando.
Es un poco el hombre que hace que se respete la ley a la mala, nos hace ver que el peruano entiende de esa manera.
‘Danny’ Rosales realizaba unipersonales y siempre me invitaba, hasta que un día fui a verlo. Esa noche la vi actuar por primera vez.
Mientras mi compañero se cambiaba, ella lo cubría en el escenario y ‘mataba de risa’ a la gente.
Que está en el programa por su talento.
Es importantísimo que exista un respeto para que se haga un gran trabajo profesional.
Ellas deben entender que son parte del programa y lo que publican va a repercutir.
No.
Cuando veo que una ropa me empieza a ajustar me preocupa, porque soy hipertenso.
Me obligaron a tener Instagram, Facebook.
Son gente agazapada.
Ocho o nueve vagos que no tienen nada que hacer.
Está haciendo negocios, pero le voy a decir que regrese.
Me escondo detrás de la máscara.
Soy muy callado.
Es una parte muy importante y quien trata el tema de las chicas que van a llegar.
No sé nada de fútbol, pero recuerdo que mi papá nos sentaba a ver el Mundial y ahí observaba tremendos jugadores, ídolos, y uno de ellos era el popular ‘Ciego’.
Sí, por eso me llena de orgullo que diga que le agrada mi trabajo.
Fuimos uno de los primeros programas autorizados por el Estado.
Siempre hay que respetar las leyes.
A ustedes por la entrevista y al público del ‘Trome’ decirle gracias por seguirnos los sábados en Latina.
Esta vez Jorge Benavides declaró como pocas veces. No es amigo de dar entrevistas, apuesta por el perfil bajo. Ese es su estilo. Como decía el genial escritor argentino Jorge Luis Borges: ‘No hables a menos que puedas mejorar el silencio’.
Contenido GEC