l incumplimiento también genera un impacto reputacional negativo, que puede deteriorar la relación con socios y proveedores. Foto: Freepik.
l incumplimiento también genera un impacto reputacional negativo, que puede deteriorar la relación con socios y proveedores. Foto: Freepik.

El incumplimiento contractual es uno de los problemas más serios y frecuentes en el mundo de los negocios, con repercusiones que van más allá de una simple falta de compromiso.

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Un contrato es una obligación legal y formal; si una de las partes no cumple lo pactado, la seguridad jurídica se rompe, las operaciones se interrumpen y las relaciones comerciales pueden dañarse permanentemente. Por eso, es fundamental saber qué ocurre cuando esto pasa y, más importante aún, cómo prevenirlo.

El abogado Mihael Damas del Estudio Fuentes, especialista en Derecho Corporativo, advierte que la inobservancia de un contrato no solo genera una responsabilidad civil, sino también graves consecuencias económicas y reputacionales. El ordenamiento peruano ofrece herramientas a la parte afectada para exigir el cumplimiento. “Se puede exigir el cumplimiento forzoso, aplicar penalidades o incluso resolver el contrato. Pero más allá de la sanción, lo más costoso es el conflicto que pudo evitarse con una buena asesoría legal al inicio”, explica el experto.

Incumplimiento de un contrato: Consecuencias legales

Cuando una de las partes no cumple con lo estipulado, la ley peruana otorga a la parte perjudicada la opción de exigir el cumplimiento o de terminar la relación contractual, además de buscar una compensación. Las principales consecuencias son:

  • Penalidades Económicas (Multas): Muchos contratos incluyen cláusulas de penalidad que obligan al infractor a pagar una suma de dinero preestablecida. Esto no solo incentiva el cumplimiento, sino que también funciona como una reparación rápida y anticipada del daño, evitando largos juicios.
  • Cumplimiento Forzoso: La parte afectada puede acudir al Poder Judicial para exigir que se ejecute exactamente lo pactado. Un juez puede ordenar la entrega del bien, la prestación del servicio o la ejecución de la obra tal como se firmó inicialmente.
  • Resolución del Contrato: Si la falta es grave, la parte perjudicada puede dar por terminado el acuerdo legalmente, liberándose de sus propias obligaciones y abriendo el camino para exigir una compensación por los perjuicios generados.
  • Indemnización por Daños y Perjuicios: La ley permite al afectado reclamar una reparación económica por todos los perjuicios sufridos, incluyendo el lucro cesante (ingresos que dejó de percibir) o el daño emergente.

Ojo al dato: El incumplimiento también genera un impacto reputacional negativo, que puede deteriorar la relación con socios y proveedores, y limitar el acceso a futuras oportunidades de negocio.

La clave es prevenir

El abogado Damas enfatiza que la prevención es la mejor estrategia. Contar con asesoría legal experta desde la negociación permite anticipar riesgos y redactar contratos claros, con plazos y sanciones bien definidas. “En el entorno empresarial actual, la confianza es un activo clave. Una gestión profesional y preventiva de los contratos no solo protege tu patrimonio, sino que fortalece la reputación y la sostenibilidad de tu negocio a largo plazo”, concluye.

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